lunes, 7 de abril de 2025

UNAL Sede Palmira incrementa cobertura de su programa de alimentación

 La construcción de su propio Centro de Producción de Alimentos y la administración directa de estos recursos le permitieron a la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira aumentar en un 51 % la cobertura del apoyo alimentario, beneficiando así a cerca de 700 estudiantes de pregrado cada semestre.

El programa de alimentación funciona desde 2012, después de gestionar los recursos por exoneración del impuesto predial, aprobado mediante convenio con la Alcaldía de Palmira. En ese momento los recursos disponibles le permitían a la Sede beneficiar a cerca de 382 estudiantes cada semestre.

Con la construcción y dotación del Centro de Producción de Alimentos, finalizada en 2024, por valor de 2.100 millones de pesos, la UNAL Sede Palmira contará con instalaciones adecuadas para ofrecer sin intermediarios el servicio de alimentación a los estudiantes más vulnerables.

“Nuestro Centro de Producción de Alimentos cumple con los requerimientos administrativos, higiénicos, sanitarios, nutricionales y de servicio requeridos por ley; además, el modelo de administración directa nos ha permitido maximizar el uso de recursos, ampliar la cobertura y ofrecer el servicio de alimentación desde el primer día del inicio del semestre”, comenta Pamela Rojas, funcionaria de Bienestar Universitario de la UNAL Sede Palmira.

El profesor Germán Rueda Saa, director de Bienestar Universitario, considera que “este es un proyecto ganador que se articula con las apuestas de la Rectoría de la Institución; es muy positivo para la Sede, que se ha fortalecido en el tiempo. Aquí se aplica la economía de escala y reducción de costos para apoyar al mayor número posible de estudiantes vulnerables”.

Los beneficiarios del apoyo alimentario se seleccionan a través del “Instrumento de valoración socioeconómica” dispuesto en el Sistema de Información de Bienestar Universitario (SIBU), utilizando el puntaje básico de matrícula (PBM), que determina el nivel de vulnerabilidad socioeconómica de cada estudiante, siendo 1 el más bajo.

Hacia el futuro

Aunque en la UNAL la gestión alimentaria es estratégica, en la Sede Palmira lo es aún más, ya que cerca del 40 % de sus estudiantes llegan de regiones como Cauca, Nariño y Putumayo, marcadas por el conflicto.

Actualmente el Centro de Producción de Alimentos beneficia a estudiantes con PBM de 5, lo que indica que es necesario seguir ampliando la cobertura hasta llegar a los jóvenes con PBM de 11, rango hasta donde se considera un estudiante vulnerable.

“La buena noticia es que el Nivel Nacional nos aprobó un aumento de cobertura de 315 nuevos beneficiarios del Programa de Gestión Alimentaria, lo que significa que llegaremos a más de 1.000 jóvenes apoyados, pero necesitamos más; la idea a futuro es llegar a unos 2.000 beneficiarios, teniendo en cuenta la capacidad instalada y de producción”, afirma el profesor Rueda.

En ese sentido, la UNAL Sede Palmira será el piloto del proyecto de economía circular, de la mano con el proceso de producción directa. “La Dirección Nacional de Bienestar Universitario gestionó recursos ante la Rectoría por 100 millones de pesos para apalancar el proyecto, que serán ejecutados por la Facultad de Ciencias Agropecuarias y la Dirección de Bienestar Universitario de la Sede. Aquí buscamos producir algunas materias primas para el Programa de Gestión Alimentaria”, puntualiza el académico.

Para este proyecto, que se espera empiece a dar sus frutos rápidamente, se utilizarán el Centro Experimental (CEUNP) para producir hortalizas y verduras, y la Granja Mario González Aranda para huevos y proteína animal.





jueves, 13 de marzo de 2025

UNAL iniciará Proceso Constituyente Universitario

 El Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), con un resultado de 6 votos a favor y 1 en contra por parte del representante profesoral, Diego Torres, aprobó el inicio del proceso que busca democratizar el gobierno y la vida universitaria.

El Proceso Constituyente girará alrededor de la discusión de 5 ejes fundamentales: la composición, funciones y características de los cuerpos colegiados; la designación y elección de autoridades académicas; las formas y mecanismos de participación democrática; el fortalecimiento de la cultura política democrática, y el reconocimiento y fortalecimiento de las organizaciones de la comunidad universitaria.

“Este proceso está enmarcado en el Plan Global de Desarrollo 2025-2027, en el eje de autonomía. Estamos muy contentos con el inicio de este proceso, es un gran logro, y aun más que haya sido aquí, en la Sede Palmira, gracias a la propuesta de descentralizar el CSU”, comentó la profesora María Fernanda Lara, secretaria General de la UNAL.

El proceso inició con la aprobación del Acuerdo y la creación de la Comisión Preparatoria, integrada por 3 miembros del CSU, quienes dialogarán con todos los estamentos, y en mayo le presentarán al máximo cuerpo colegiado de la UNAL una propuesta para la composición, organización y puesta en funcionamiento de la Mesa Constituyente Universitaria, responsable de liderar y coordinar el proceso de deliberación.

“La Mesa Constituyente Universitaria partirá de un documento base y se conformará teniendo en cuenta criterios como la equidad de género y enfoques diferenciales y poblacionales. Será un espacio de deliberación y diálogo con pluralidad de actores con el fin de construir colectivamente las propuestas a presentar ante el CSU”, planteó durante su exposición el profesor Leopoldo Múnera Ruiz, rector de la Institución.

¿Cómo funcionará la Mesa Constituyente Universitaria?

El CSU busca que la Mesa esté conformada por docentes, personal administrativo de las Facultades de todas las Sedes, Institutos y Centros de Sede, Vicerrectorías de Sede, Vicerrectoría General y Rectoría.

También participará la comunidad egresada y pensionada, los docentes ocasionales, las Decanaturas de las Facultades de las Sedes Andinas, las Direcciones de Sedes de Presencia Nacional, de Institutos y Centros, los representantes de sindicatos, profesorales, estudiantiles y del personal administrativo ante los cuerpos colegiados.

El Acuerdo propone espacios de deliberación en cuerpos colegiados, claustros y colegiaturas, la colegiatura nacional y espacios participativos autónomos, además de un proceso constante de difusión de los avances a toda la comunidad universitaria.

Superada la fase de deliberación, la Mesa Nacional Constituyente presentará los consensos y disensos ante del CSU. “Es fundamental que este cuerpo colegiado asuma como propio del Proceso Constituyente Universitario, que lo pueda regular y orientar, porque el CSU tomará las decisiones finales sobre la reforma de la comunidad y de la Institución”, puntualizó el rector Múnera.

“Esperamos unas reformas importantes de todos los cuerpos de gobierno de la Universidad, tanto del Nivel Nacional, como de Sedes, Facultades, Departamentos e Institutos para resolver el déficit de participación”, comentó el profesor Víctor Moncayo, exrector de la UNAL y representante de los exrectores ante el Consejo.

Para Laura Quevedo y Ana María Manrique, representantes estudiantiles, “este es un logro más de la comunidad estudiantil, somos los estudiantes quienes hemos moderado este escenario desde las movilizaciones estudiantiles que históricamente han exigido la democratización de la vida universitaria”, puntualizaron.

Ricardo Moreno Patiño, viceministro de Educación Superior, planteó que “buscamos que la UNAL siga definiendo su futuro, participando y creciendo de la mano de todos sus estamentos y de toda la sociedad”.

Para finalizar, cuando la Mesa Constituyente Universitaria exponga sus resultados será el CSU quien tramite las reformas estatutarias y legislativas, de ser el caso, necesarias para concretar el Proceso Constituyente Universitario.






martes, 25 de febrero de 2025

“Estetoscopio” para edificios detecta posibles fallas internas mediante vibraciones

 Como un instrumento médico, surge una metodología que permite detectar si un edificio cumple con los parámetros estructurales definidos en su diseño, o si, por el contrario, presenta alteraciones que podrían afectar su estabilidad. Los acelerómetros de alta precisión registran movimientos imperceptibles causados por el viento, el tráfico o pequeños sismos, y con modelos matemáticos avanzados se determina si la estructura mantiene su estabilidad o si presenta fallas que podrían comprometer la seguridad de las personas.

Aunque los edificios son estructuras aparentemente rígidas, vibran constantemente, aunque tales movimientos no siempre son perceptibles. Por ejemplo, el viento genera ondas que hacen que las estructuras se balanceen como las palmeras se mecen suavemente con la brisa.

Para monitorear dichas vibraciones, el Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente (NSR-10) establece la obligatoriedad de realizar monitoreos estructurales, pero no especifica el procedimiento mediante el cual se deben transformar las mediciones en periodos de vibración, lo que deja un vacío en la metodología a seguir.

“Pese a que la norma establece las reglas de juego bajo las cuales los diseñadores estructurales tenemos que proyectar edificaciones sismorresistentes, no estipula una guía para hacerlo”, advierte el ingeniero Eduardo Gómez Guerrero, magíster en Ingeniería - Estructuras de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

De ahí surgió su interés para brindar una “receta”, como él la llama, que les permita a estos profesionales conocer paso a paso el procedimiento a seguir con los resultados que les arrojen instrumentos como los acelerómetros.

En esto consiste

Para monitorear las estructuras existen metodologías como los ensayos destructivos, que aunque permiten obtener información detallada sobre el estado estructural de un edificio, requieren intervenciones invasivas que pueden comprometer la integridad de la edificación y generar costos elevados.

Por eso, la metodología en la que enfatiza su estudio se basa en el monitoreo de vibraciones ambientales por medio de acelerómetros, dispositivos que actúan como sensores para verificar si la construcción se comporta tal como se predijo en su diseño, una alternativa no invasiva que además proporciona datos útiles sin afectar la estructura.

El proceso consiste en instalar acelerómetros en distintos puntos de la estructura para captar las vibraciones causadas por el entorno. Estos dispositivos registran cientos de mediciones por segundo generando grandes volúmenes de datos, que luego se analizan mediante un software especializado. Si se detectan desviaciones, estos sensores pueden alertar sobre posibles fallas estructurales.

Para ello se utiliza la transformada rápida de Fourier (FFT), un modelo matemático empleado en procesamiento de señales, y los datos obtenidos se convierten en valores de frecuencia y periodo de vibración. Luego, estos resultados se comparan con los valores teóricos estimados en la etapa del diseño.

“Si ambos coinciden, se confirma que la estructura está en buen estado; una diferencia significativa indicaría problemas como fisuras, grietas, fallas en los materiales o asentamientos inesperados”, explica el ingeniero.

El investigador probó la eficacia de esta metodología aplicándola al Edificio de Aulas de Ciencias Gloria Amparo Galeano Garcés, del campus de la UNAL Sede Bogotá. “Elegimos este edificio debido a su diseño poco convencional. Tiene 3 pisos y se construyó con cilindros de concreto en vez de las típicas vigas y columnas. Además, no tiene muros divisorios ni otros elementos no estructurales que puedan alterar las mediciones”, agrega.

Para ello se instalaron acelerómetros en 9 puntos de la construcción, distribuidos a lo largo de los 3 pisos, y en cada ubicación se recopilaron datos durante 15 minutos, generando 1 millón de registros por sesión. Esto se debe a que el dispositivo toma 500 lecturas por segundo, registrando las aceleraciones en metros por segundo cuadrado (m/s2), lo que permite detectar variaciones rápidas en las vibraciones, similares a los que experimentaría un automóvil ante cambios abruptos en la aceleración.

Los datos de las mediciones se pasaron al modelo matemático y así se corroboró que la metodología es efectiva. Los valores obtenidos en las mediciones experimentales coincidieron con los valores teóricos calculados en el diseño estructural.

“Esto nos demuestra que el procedimiento experimental puede validar la estabilidad de un edificio y detectar posibles desviaciones. Además, nos permite determinar cuando este no tiene los mismos comportamientos estructurales que se asumieron al diseñarlo, como por ejemplo si quedó mal construido o si los materiales utilizados no fueron los adecuados”.

El ingeniero considera que esta metodología abre la posibilidad de desarrollar un sistema de monitoreo permanente, similar a un chequeo médico, para detectar a tiempo signos de deterioro en las edificaciones antes de que se conviertan en un riesgo para la seguridad de las personas. Además, indica que se podría integrar en los planes de mantenimiento preventivo de edificaciones, específicamente en territorios de alta actividad sísmica como Nariño, Cauca, Huila, Valle del Cauca y Chocó.







viernes, 21 de febrero de 2025

Rayos cósmicos “marcan” la Tierra para siempre, ¿cómo?

 Los rayos cósmicos, provenientes del espacio exterior, “tocan” toda la superficie terrestre, como lo hace la luz del Sol, pero con partículas subatómicas de alta energía. Su impacto sobre minerales como el cuarzo se puede medir en el tiempo para saber cómo era la Tierra antes de la aparición de los primeros humanos. Estudios adelantados en lugares como la Sierra Nevada del Cocuy-Güicán, el Altiplano Antioqueño y el río Farallones dan pistas sobre el clima, la erosión y la dinámica de los ríos del pasado, y aportan claves para la gestión del riesgo y la adaptación al cambio climático.

La lectura de las rocas se hace con métodos de distintos tipos y niveles de sofisticación, entre los cuales la isotopía cosmogénica es uno de los más revolucionarios, apenas explorado en Colombia.

“Parece una locura, pero así funciona: fuera de nuestro sistema planetario ocurren explosiones estelares que generan ‘radiación cósmica’, una forma de alta energía que, al atravesar la atmósfera, ocasiona una ‘cascada’ de partículas subatómicas (protones, neutrones, muones, piones…) que lo ‘tocan’ todo”, explica el geólogo Sergio Andrés Restrepo Moreno, profesor adscrito al Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

Por medio de colisiones, algunas de estas partículas “fragmentan” los átomos de minerales como el cuarzo, haciendo que, por ejemplo, el oxígeno y el silicio muten en berilio-10. Gracias a ellas el profesor Restrepo, en cooperación con investigadores de la Universidad de Grenoble Alpes (Francia) y EAFIT (Colombia), establecieron que la Piedra del Peñol –una roca de casi 200 m de altura localizada en Antioquia–, a pesar de formar parte de un altiplano labrado por ríos hace más de 21 millones de años, tardó apenas 2 millones de años en quedar completamente expuesta durante el Cuaternario.

“La isotopía cosmogénica revolucionó las ciencias de la Tierra, pues permite lo que ninguna otra técnica había logrado: abarcar una franja de tiempo amplia que va desde lo reciente –décadas, siglos y milenios– hasta decenas de millones de años, lo que facilita cuantificar la temporalidad y la magnitud de fenómenos que hasta hace poco no se habían podido medir”, agrega.

Para hacer estos análisis, los investigadores viajan a los lugares de interés, toman menos de 1 k de muestra de roca expuesta, y en el laboratorio la trituran, tamizan y separan por gravedad y susceptibilidad magnética para obtener el cuarzo, el mineral donde se almacena el berilio-10 cosmogénico.

“De esa cantidad queda una parte mínima, similar a un polvillo gris, que enviamos a los países que cuentan con los equipos para hacer las mediciones, como Francia o Estados Unidos. Cuanto más tiempo haya estado expuesta la roca mayor será la radiación cósmica recibida, es decir, mayor concentración de berilio-10. Esos datos nos los envían y nosotros los ‘traducimos’ y contextualizamos”, agrega el profesor.

Las glaciaciones en Colombia

El hielo y la nieve que cubren los picos montañosos de Colombia tampoco son estáticos. Su masa, área y volumen dependen del clima: en periodos cálidos o interglaciares disminuyen, y en periodos fríos o glaciales aumentan.

Además, fluyen lento y con fuerza valle abajo, arrastrando –como un gigantesco buldócer– material rocoso que termina acumulándose en forma de morrenas, que son crestas pedregosas situadas al final (morrena frontal) o a los lados (morrena lateral) del glaciar.

Recientemente estas se han estudiado en la Sierra Nevada del Cocuy-Güicán (Boyacá), el Nevado de Santa Isabel (Parque Nacional Natural Los Nevados) y el Páramo del Sol (Antioquia), con el fin tanto de establecer la edad de los ciclos de glaciación y deglaciación como de entender el cambio climático antes del Antropoceno, es decir, antes de que los seres humanos fueran un agente de perturbación de los procesos naturales.

Los estudios se hacen en el trópico colombiano, con expertos como Gordon Bromley, de la Universidad de Galway (Irlanda), y Meredith Kelly, del Darmouth College (Estados Unidos), teniendo en cuenta que el trópico, aunque es el “motor” del cambio climático y la puerta de entrada de la mayor cantidad de radiación solar, ha sido poco estudiado en este sentido.

“En las morrenas del país encontramos unos datos preliminares con los que concluimos que la deglaciación en el Máximo Tardiglaciar (inicio del deshielo que llevó al Holoceno, o últimos 11.000 años) se disparó rápido, y con diferencias temporales entre localidades, hace unos 15.000 o 17.000 años”, cuenta el geólogo.

Estos datos sirven para entender el cambio climático del pasado y sus efectos en los ecosistemas de alta montaña, que son reservorios naturales de vida y agua. “Así mismo, ayudan a comprender los ritmos del cambio climático-ambiental moderno y permiten diseñar medidas para la mitigación y la adaptación, entendiendo, por ejemplo, qué parámetros ejercen controles locales: la topografía, las fuentes de humedad o la circulación atmosférica, entre otros”.

Evolución del paisaje y riesgo para las comunidades

Según la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, en el último siglo cerca de 1,5 millones de personas en Colombia han sido damnificadas por avenidas torrenciales y deslizamientos de tierra por lluvias, por eso es fundamental seguir estudiando estos fenómenos de forma transdisciplinar.

Con la isotopía geológica berilio-10 se han analizado las edades de grandes bloques de rocas arrastrados por este tipo de eventos, con el fin de establecer algunos datos sobre su periodicidad y magnitud.

En la cuenca del río Farallones de la cordillera Occidental (Antioquia), encontraron que la edad aproximada de algunos de estos depósitos era de 7.000 años, lo que coincide con un periodo de lluvias muy fuertes en la región.

“Así conectamos clima y respuestas geomorfológicas pretéritas que pueden dar claves sobre amenazas naturales o antrópicas para la sociedad moderna. Además, este evento pluvial se había  registrado en el norte de Suramérica, el Amazonas y el Orinoco, por otros grupos de investigación, y nosotros confirmamos que también impactó los Andes tropicales”, continúa.

Con esta información es posible desarrollar modelos fluviales asistidos por computador, para observar cómo se comportaría una creciente o una avenida torrencial al modificar parámetros como la precipitación media anual, la cobertura vegetal y las pendientes.





lunes, 20 de enero de 2025

Títeres emocionales: innovación educativa implementada en Sedes de la UNAL

 El proyecto, liderado por la profesora Flor Ángela Bravo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, explora el uso de títeres diseñados con componentes tecnológicos, como luces, sonidos y pantallas, que permiten expresar emociones de manera más vívida. Estos elementos enriquecen las actividades educativas y fomentan el desarrollo emocional y la empatía entre estudiantes, docentes y personal administrativo.

La iniciativa titulada “Explorando la inclusión, la convivencia y la construcción colectiva del conocimiento entre los estudiantes a través de actividades de drama educativo con títeres enriquecidos emocionalmente con elementos tecnológicos”, incluye el desarrollo de dos prototipos de títeres.

El primer prototipo consiste en títeres planos de varilla elaborados mediante impresión 3D, inspirados en animales como el jaguar y el zorro-perro. Estos incorporan una pantalla para proyectar expresiones faciales y emitir sonidos acordes con diversas emociones. El segundo, incluye títeres de mano que representan la fauna local del Cesar, como el loro cara-sucia, la serpiente cascabel y la iguana. Estos títeres fueron enriquecidos con luces de colores y sonidos asociados a diferentes emociones.

Además de los títeres, se diseñó una aplicación móvil que permite gestionar sus emociones mediante la activación de luces, sonidos y movimientos correspondientes a cada emoción, ofreciendo así una experiencia inmersiva y participativa.

La metodología se ha implementado en las Sedes de La Paz, Palmira y Amazonia, y con ella se han abordado temas fundamentales como la construcción del yo, el autocuidado, el cuidado del otro, la violencia de género y las nuevas masculinidades.  Con la realización de talleres se promovieron espacios de aprendizaje inclusivos que impactaron a estudiantes, docentes y personal administrativo, fortaleciendo habilidades emocionales y reflexivas.

Según la profesora Bravo, doctora en Ingeniería, “estos títeres representan una herramienta poderosa para conectar el aprendizaje emocional con contextos educativos diversos, adaptándose a las necesidades específicas de cada región”.

Innovación académica con impacto territorial

El proyecto se destaca no solo por su carácter innovador, sino también por su enfoque en la identidad cultural y el contexto local. En la UNAL Sede de La Paz, los títeres se integraron en la asignatura Lenguajes Visuales y Narrativos, donde estudiantes reflexionaron sobre la construcción del “yo” a través de dramatizaciones guiadas. En este proceso, los pares tutores de los Grupos de Estudio Autónomo (GEA) desempeñaron un papel fundamental al liderar talleres clave que garantizaron la calidad y cohesión de las puestas en escena.

A través de sesiones prácticas, el GEA trabajó con los estudiantes en las habilidades comunicativas para expresión efectiva de sus ideas, realizó revisiones detalladas de guiones, acompañó las grabaciones de las presentaciones y guió la edición de los videos finales. Este acompañamiento no solo fortaleció las competencias narrativas y técnicas de los participantes, sino que también aseguró que cada historia reflejara fielmente las emociones y valores promovidos por el proyecto.

En la UNAL Sede Amazonia, las actividades se desarrollaron en el marco de la Cátedra Nacional de Inducción y Preparación para la Vida Universitaria, abordando temas como género, salud mental y cuidado del ambiente. En la Sede Palmira, el taller “Historias que transforman” se enfocó en reflexionar sobre la violencia de género y las nuevas masculinidades, con motivo de la conmemoración del 25N.

Los talleres promovieron la empatía y el respeto, mostrando cómo la educación emocional puede ser un motor para la transformación social y la convivencia. Así, el proyecto no solo fomentó el diálogo entre saberes, sino que también abrió nuevas posibilidades para la construcción de herramientas pedagógicas que conecten con las realidades locales, posicionando a las sedes participantes como referentes en innovación educativa.

Una red intersedes para la transformación educativa

El trabajo en equipo fue esencial para el éxito del proyecto, integrando a estudiantes, egresados, docentes y contratistas de las tres sedes. Desde la creación de los títeres hasta la implementación de los talleres, cada etapa estuvo marcada por la colaboración interdisciplinaria y el intercambio de saberes.

Desde la Sede de La Paz, la profesora Bravo lideró el proyecto con el apoyo de estudiantes como Andrea Rivera, del programa de Gestión Cultural y Comunicativa, y Natalia Machado, de Ingeniería Mecatrónica. Además, este integró el talento del actor Rafael Moreno, del colectivo teatral Maderos Teatro, y de la titiritera Hansbleidy Lancheros, quienes contribuyeron con su experiencia en el diseño y manipulación de los títeres. Las profesionales de la Dirección de Bienestar, Vannesa Ramírez, Yerlys Alvarado y Yency Cardozo también apoyaron en actividades de validación de los títeres y de la metodología diseñada.

Profesores como Juan Sebastián Quintero de la Sede Amazonia y Giovanni Covelli de la Sede de la Paz, así como profesionales del Sistema de Acompañamiento Estudiantil de la Sede Palmira, como Martha Tutalcha, Isabel Reyes y Juan David Cuervo, fortalecieron la implementación. Adicionalmente, Ana María Ortiz, egresada UNAL, apoyó en el desarrollo de la metodología, planificación y ejecución de los talleres.

La profesora Bravo resaltó la importancia de esta red intersedes demostrando que la innovación educativa no tiene fronteras: “Al integrar los contextos y culturas de diferentes regiones, lograremos enriquecer la experiencia de aprendizaje y generar un impacto que trasciende lo local”.

Con iniciativas como esta, la UNAL reafirma su compromiso con una educación transformadora, que integra arte, tecnología y emociones para formar ciudadanos críticos y comprometidos con sus territorios. Los próximos pasos del proyecto incluyen ampliar la diversificación cultural de los títeres y sus sonidos emocionales, fortaleciendo su conexión con diferentes contextos regionales y nacionales.

La iniciativa se desarrolla dentro del proyecto madre “Formulación y consolidación del ecosistema de innovación académica” (con código BPUN 614-C4).