La primera mujer amazonense en finalizar el Doctorado en Estudios Amazónicos en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Amazonia expuso en su tesis cómo la ciencia ha servido como mecanismo de apropiación de la región Amazónica y las conexiones científicas con el extractivismo.
En UNAL Sede Amazonia, Yohana Panteviz, candidata a Doctora
en Estudios Amazónicos, presentó ante profesores, investigadores y estudiantes
su trabajo de investigación final titulado “Apropiación de la Amazonia a través
de la ciencia”, en el que realizó un análisis exhaustivo sobre las
exploraciones científicas en la región.
Esta investigación, que duró varios años, se basó en
documentos que revelan que en aquel periodo las expediciones científicas se
centraron más en la explotación de recursos naturales en vez de la
conservación, dejando en evidencia que existía un gran interés económico y
político en el territorio. En aquel entonces Leticia, la capital del Amazonas,
se convirtió en el centro de acopio para el comercio y exportación de fauna
silvestre.
Uno de los capítulos centrales de esta tesis doctoral se
enfoca en lo que se denominó “las conexiones científicas del extractivismo”, en
el que se profundiza en la extracción y exportación de pieles y fauna silvestre
viva. Dentro del de la investigación, la investigadora Pantevis relata cómo los
comerciantes locales satisficieron la creciente demanda de museos de historia
natural, laboratorios de investigación científica (principalmente
experimentación animal) y zoológicos.
Expone además que la actividad de exportación comercial era
legal, y por lo tanto permitida y sujeta a la obtención de un permiso de
exportación, el cual era emitido por la Comisaría del Amazonas, tras el pago de
un impuesto exigido según el peso en kilos (pieles) y unidad (animales vivos).
Así mismo, para documentar y cuantificar la información, la investigadora Pantevis realizó una sistematización de los archivos, en los que, según los datos recolectados, entre 1963 y 1969 se reportaron los kilos de las pieles de animales, así: 220.731 de caimán, 66.976 de zaino, 19.900 de capibara, 3.099 de venado, 108 de tigrillo, 91 de nutria, y 76 de tigre.
Mientras tanto, entre 1956 y 1969 se comercializaron: 2.293 unidades de aves y reptiles, 1.415 lagartijas y lagartos, 2.448 micos, 644 loros, 560 sapos y 128 culebras, entre otros animales. La investigadora afirma que estos datos corresponden a las cifras oficiales encontradas en archivos que cuentan con subregistros. Dichos productos y animales eran comercializados principalmente en el exterior, siendo el mayor importador Estados Unidos, seguido de Alemania y Holanda.Para llegar al fondo en este proyecto, Pantevis se apoyó en
varias instituciones que fueron claves para la investigación, algunas ubicadas
en Colombia y otras en el exterior, como por ejemplo el Instituto de Ciencias
Naturales de la UNAL (Bogotá, Colombia), el Archivo General de la Nación
(Bogotá, Colombia), el Museo de Historia Natural de Nueva York (Estados Unidos)
y el Archivo de Chicago Garden (Estados Unidos). Todo esto permitió que la
investigación ahondara en las redes de conexiones científicas y en las
relaciones globales que se tejieron a través de la diplomacia cultural,
principalmente con instituciones de Estados Unidos.
La autora resalta que la ciencia ha omitido el conocimiento
local, pues no ha tenido en cuenta a los sabedores ancestrales, quienes por
milenios han vivido en la selva amazónica, y por lo tanto cuentan con un
conocimiento valioso e importante, pero que ha sido sido ignorado por la
ciencia convencional.
“Nosotros omitimos la palabra ‘descubrimiento’ porque los
científicos no estaban descubriendo, los pueblos amazónicos ya poseían un
conocimiento local sobre las plantas y los animales, solo que ese conocimiento
no se enmarca en lo que llamamos científico”, aseguró Yohana Pantevis.
Asímismo, para lograr este proyecto de investigación durante
sus años de estudio de doctorado, ella tuvo que enfrentar varios desafíos como
la recopilación de toda la información, pues la dispersión de las fuentes
documentales se convirtió en un rompecabezas complejo de armar, pero no
imposible. Muchos de los documentos físicos los tuvo que buscar en fuentes
diversas, por lo que recurrió a diarios de campo, artículos académicos, mapas y
especímenes botánicos.
Como la primera mujer amazonense en finalizar el Doctorado
en Estudios Amazónicos de la UNAL Sede Amazonia, la doctora Panteviz tiene como
objetivo que esta investigación dé frutos y llegue a toda su comunidad a través
de un libro que quiere publicar con el apoyo de instituciones gubernamentales:
“quiero que el conocimiento llegue a la gente” afirmó. Para ella es de vital
importancia que los estudios que se realicen no se queden solo en círculos
académicos sino que salgan a la luz, “esta es una apuesta a validar otras
formas de conocimiento, a cuestionar también el papel de la ciencia hoy en
día”, puntualizó.
La sustentación de la tesis de Yohana Pantevis fue
presenciada y evaluada por un distinguido comité, conformado, entre otros, por
Brigitte Baptiste, reconocida bióloga colombiana que trabaja en la defensa del
medioambiente y rectora de la Universidad EAN, institución de educación
superior enfocada en el emprendimiento sostenible; Regina Horta, profesora
titular de la Universidad Federal de Minas Gerais en Brasil, con experiencia en
historia, especialmente con énfasis en historia ambiental e historia de la ciencia,
y Carlos Rodríguez, biólogo y doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de
Ámsterdam, con amplia experiencia en la conservación de la Amazonia colombiana.
Todos ellos aprobaron la tesis doctoral de la estudiante amazonense.
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