martes, 8 de octubre de 2024

Lenguaje y cultura en la triple frontera amazónica, desafío para la educación

 Además del español y el portugués, en la frontera entre Colombia, Brasil y Perú se habla una amplia variedad de lenguas nativas, pues las comunidades indígenas son predominantes en la zona. Sin embargo, esta pluralidad presenta desafíos educativos en ciudades limítrofes como Tabatinga, ya que, aunque los extranjeros acceden a la educación primaria, secundaria y superior, la dinámica multicultural y multilingüe genera un impacto negativo en los procesos educativos y de aprendizaje en esta región brasileña.

La Escuela Municipal Duque de Caxias alberga no solo a estudiantes brasileños, sino también a personas provenientes de diferentes nacionalidades y contextos lingüísticos –como colombianos, peruanos y venezolanos–, y además a jóvenes y adultos pertenecientes a comunidades ribereñas de Tabatinga (Brasil) –como Bananal, Sapotal e Feijoal–, Leticia (Colombia) y la isla de Santa Rosa (Perú).

La Escuela forma parte de la Red de Educación Pública de Brasil; cuenta con 1.294 alumnos distribuidos en turnos de mañana, tarde y noche, 67 docentes y 17 personas de servicios generales entre cocineros, asistentes, limpieza y porteros, entre otros.

De los estudiantes de la jornada nocturna que participaron en la investigación, 19 están entre 13 y 40 años, 9 de ellos hablan portugués como segunda lengua (4 son peruanos y 5 de pueblos indígenas). Así mismo, se trabajó con 21 estudiantes varones, con edades entre 17 y 33 años, 4 son indígenas 2 peruanos, 1 venezolano.

Sede Amazonia y docente de la Escuela, menciona que “los estudiantes integran el turno nocturno, la mayoría se encuentran dentro del grado de distorsión por edad, es decir que han pasado tiempo fuera del aula por dificultades intelectuales o financieras, han repetido varios años, por lo que requieren todo el apoyo y estímulo para lograr secundaria completa”.

Barreras lingüísticas y sociales

El público objetivo de la investigación se estructuró a partir del análisis de los datos recogidos en cuestionarios y entrevistas, lo que permitió evidenciar que las barreras lingüísticas y las diferencias culturales afectan a los estudiantes, lo que se evidencia tanto en la deserción y el bajo rendimiento académico como en las relaciones sociales entre la comunidad educativa.

“Siempre me vi en ese dilema como profesora, cuando tenía que buscar estrategias flexibles para ayudar a los estudiantes y que no se quedaran con notas bajas, motivándolos a que no dejaran de estudiar”, manifiesta la profesora Vieira.


También se evidenció que los docentes enfrentaban un reto importante, pues debían adaptar sus estrategias pedagógicas para entender esta diversidad lingüística. “La carga laboral y la falta de  formación continua para los docentes de Tabatinga dificultaba la implementación de prácticas pedagógicas efectivas para dar respuesta a esta necesidad”, explica la magíster.

Así mismo, los docentes que habitan en la zona de frontera, aunque generalmente pueden llegar a entender el español, no las lenguas nativas, lo que dificulta el proceso académico con los estudiantes provenientes de comunidades indígenas de la triple frontera.

“Otra situación que presentaban varios de estudiantes eran los mensajes xenofóbicos, prejuiciosos por temas económicos y el matoneo (bullying) por parte de otros estudiantes, lo que hacía que les provocara una inseguridad al querer aprender portugués, pero los docentes muchas veces no comprendían esto”, puntualiza.

La investigación también reveló que las condiciones socioeconómicas de los alumnos influían significativamente en su rendimiento académico, pues muchos de ellos provenían de familias de bajos recursos, lo que a menudo los obligaba a trabajar de día, pero que al llegar la noche para dedicarse a los estudios ya estaban cansados física y mentalmente.

La necesidad de generar prácticas pedagógicas inclusivas

La magíster propone implementar estrategias pedagógicas inclusivas y adaptativas, no solo para estudiantes extranjeros, sino también para los indígenas. “A estos estudiantes no se les puede catalogar como perezosos sabiendo que no están entendiendo al 100 % las clases por el idioma que se habla, más bien hay que apoyarlos y comprenderlos”.

“En esta tarea los docentes también juegan un papel muy importante. Algunos solo pensaban en llegar al salón y dictar la clase, sin demostrar interés por poner en práctica una pedagogía inclusiva. Eso hay que cambiarlo urgentemente”.

Por eso, anota que es importante generar formación continua para docentes junto con políticas educativas que reconozcan y valoren la diversidad cultural, sobre todo en zonas de frontera como la de Colombia, Brasil y Perú, de tal manera que se puedan disminuir esos retos.

El trabajo de la magíster Vieira recibió una mención meritoria el pasado 27 de septiembre en la UNAL Sede Amazonia, donde la investigadora agradeció a sus directoras del proyecto, a la profesora Dany Mahecha Rubio, directora de la Unidad de Docencia y Formación de la Sede Amazonia, y a la profesora Lucélida de Fátima Maia da Costa, quienes aportaron de forma significativa al avance de este proceso investigativo.






miércoles, 4 de septiembre de 2024

Microorganismos sobrevivirían en alimentos de conservas salinas

 Aunque las carnes de pescado y algunos derivados cárnicos (como los embutidos) se conservan por medio de salazón (salar el alimento) para prevenir el crecimiento de hongos y bacterias, existen microorganismos capaces de sobrevivir a este método, a los que se les abriría la puerta si los alimentos no se conservan adecuadamente.

Los afanes del mundo moderno ante las exigencias laborales y familiares hacen que muchos se inclinen por preparaciones alimenticias que les quiten poco tiempo, como las conservas salinas: pescado seco, jamón, mariscos, camarones, cangrejos, carne de res y derivados cárnicos (jamón serrano, salami y algunas salchichas), sardinas o productos enlatados en general, sin pensar que el alto consumo de estos puede desencadenar problemas cardiovasculares, aumento de la presión arterial, enfermedades renales como la formación de cálculos, y retención de líquidos que llevan a la aparición de edemas.

Estos no son los únicos riesgos. Además, los alimentos con conservas salinas favorecerían la proliferación de microorganismos “halófilos”, que son bacterias y hongos que viven en ambientes muy salinos, e incluso que requieren la salinidad para su supervivencia.

La investigadora Martha Liliana Melo Rocha, magíster en Ciencias -Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, quien revisó cuáles son los efectos negativos de los microorganismos halotolerantes (adaptación de los organismos vivos a condiciones de alta salinidad) y halófilos en alimentos con conservas salinas, explica que “durante su proceso metabólico estos microorganismos producen enzimas como lipasas y proteasas que causan el deterioro del alimento”.

La investigación señala que uno de los efectos de dichos microorganismos en el pescado seco es la producción de histamina por bacterias –como Pseudomonas spp., Staphylococcus spp., Morganella spp. Y Enterobacterias– que puede desencadenar intoxicación, cuyos síntomas son similares a los de las alergias alimentarias, que pueden durar unas horas o máximo un día, lo que dificulta identificarlas. Otros síntomas son sudoración, diarrea, vómito, náuseas, dolor de cabeza, y dificultad para respirar.

Según la experta, “entender los mecanismos que realizan las especies que encontramos en los alimentos salados ayudaría a desarrollar estrategias que permitan mitigar el crecimiento microbiano y que, con base en la evidencia experimental, mejoraría el proceso de conservación de la salazón, una técnica antigua que todavía hoy se usa para la conservar a través de la sal carnes como el pescado y algunos derivados cárnicos, especialmente”.

Por ejemplo, usar como antimicrobianos naturales los aceites esenciales provenientes de especies como pimentón, orégano, tomillo, clavos y canela sería una alternativa para inhibir los microorganismos “halófilos” y “halotolerantes” presentes en los alimentos conservados con sal.

Mala apariencia: signo de microorganismos

La microbióloga y bioanalista Claudia Arenas Gómez, docente de la UNAL Sede de La Paz, recomienda que para prevenir el riesgo de estas afectaciones se debe reducir al mínimo este tipo de alimentos, consumir después de abierto en el tiempo que indica el empaque y no almacenarlos en altas temperaturas, ya que además contienen aditivos que causarían otras afectaciones en la salud.

Para retrasar, inhibir o prevenir el crecimiento de ciertos hongos y bacterias en un sistema alimentario, durante muchos años se utilizaron mecanismos de conservación como la fermentación (proceso catabólico de oxidación incompleta que no requiere oxígeno y cuyo producto final es un compuesto orgánico), la salazón (salar), el ahumado (someter los alimentos al humo de fuegos de maderas con poco nivel de resina), disecados y los escabeches (en vinagre).

Al respecto, la bióloga de la UNAL María Camila Orozco Martínez aporta: “estas son técnicas en las que se limita el crecimiento de los microorganismos porque esa carne se pone en una condición ‘extrema’, y es entonces cuando los ‘extremófilos’ (organismos que viven en condiciones extremas) actúan, pues aunque que se están aplicando todas las condiciones que permiten la conservación, al final parece que sí hay microorganismos –incluyendo los halófilos– que sobreviven a todas estas técnicas consideradas como extremas, y que causarían enfermedades”.

Por su parte, la bióloga María Angélica Leal, asesora de la investigación, recalca: “los halófilos estarían presentes en algunos alimentos conservados con sal y causarían efectos negativos, especialmente relacionados con las propiedades organolépticas del alimento, sobre todo cambios en el color, el sabor y la textura, lo que evidencia su deterioro y evita que el alimento sea consumido”.

“En cuanto al olor, se evidenció que los halófilos pueden incidir directamente en el proceso de descomposición, al romper algunas de esas proteínas y lípidos de los alimentos –sobre todo en pescado y en carnes– causantes de los olores fétidos”, agrega.

¿En dónde más se encuentran estos microorganismos?

La bacterióloga Jimena Sánchez Nieves, docente del Departamento de Biología en la UNAL Sede Bogotá y directora de este proyecto, señala que “los organismos ‘halófilos’ se encuentran naturalmente en ambientes salinos, como por ejemplo en Bolívar –en donde el mar rosado de Galerazamba toma este color por una microalga–, en las salinas de Zipaquirá y de Nemocón (Cundinamarca) y también en las de Manaure (La Guajira), en donde se encuentran principalmente hongos.










jueves, 29 de agosto de 2024

Con pasto jesuita gigante se podrían alimentar más vacas por hectárea

 Un estudio revela que el pasto Jesuita Gigante (Axonopus catarinensis), un forraje originario de Brasil, en condiciones de pleno sol produce hasta 1,5 kg de forraje verde disponible por metro cuadrado y más de 10 % de contenido proteico, superando en 400 gramos más de forraje y entre 3 y 4,16 % más de proteína al tradicional “Estrella” utilizado ampliamente en Colombia, por ejemplo.

El trabajo de investigación desarrollado por el programa de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira evaluó su rendimiento en pleno sol, semisombra y sombra total durante 12 meses, en la Granja Mario González Aranda de la Sede. Este análisis determinó que el Jesuita Gigante es una planta C4, es decir que tiene una mayor eficiencia en la fijación de carbono en condiciones de alta radiación lumínica, características ideales para ambientes como el del Valle del Cauca, lo que además revela una posible y exitosa adaptación al trópico bajo.

La estudiante de Zootecnia Anlly Mayuri Hinestroza Orozco, una de las autoras del estudio, informa que “el análisis mostró que el pasto cultivado a pleno sol presenta ventajas notables como alcanzar una producción promedio de 1.5 kg a los 30 días y 2,6 kg a los 45 días, superando el rendimiento de las plantas cultivadas en semisombra, que produjeron 0,6 kg en promedio a los 30 días”. Esta diferencia se atribuye a una mayor tasa fotosintética en el sol, que favoreció un desarrollo más robusto de la pastura.

En la pradera mostró una mejor expansión en el terreno, que contribuyó a una mayor producción de forraje, lo que reflejó en la carga animal, es decir, en el número de animales que se pueden tener en pastoreo en una determinada área.

En cuanto calidad nutricional, presentó un contenido de proteína de hasta 10,16 % a los 30 días, el cual disminuyó a 7,53 % a los 45 días. La fibra detergente neutra (FDN), que es un indicador importante de la digestibilidad del forraje, aumentó al 66,97 % a los 45 días, sugiriendo que el pasto Jesuita Gigante alcanza su óptimo valor nutricional a los 30 días de crecimiento. En contraste, el cultivado en semisombra mostró una menor digestibilidad debido a un mayor contenido de lignina, un compuesto orgánico que a medida que aumenta, disminuye la capacidad de los animales de descomponer y aprovechar los nutrientes del forraje.


El estudio destaca la instalación de viveros para el cultivo inicial de este forraje, ya que con el proyecto de investigación lograron observar que con este método hay una mayor tasa de prendimiento al sol y número de rebrotes, lo que le daba más vivacidad en comparación con los que crecieron en semisombra. “Producían más raíces, lo que se reflejó en el prendimiento, acompañado de un mayor número de hojas”, agregó la estudiante Hinestroza

Una alternativa para la ganadería

El pasto “Estrella” es uno de los más utilizados en el país para alimentar el ganado bovino, ya que por su rusticidad requiere menos cuidado; sin embargo, al compararlo con la producción del Jesuita Gigante, este produce 1,5 kg de forraje verde por m2, mientras que el primero alcanza aproximadamente 1,1 kg en condiciones regulares. Respecto al contenido proteico, el “Estrella” tiene entre 6 y 7 % frente a 10,16 % del estudiado, es decir hasta 4,16 % más, resultados que lo destacan como una opción más eficaz en la alimentación ganadera.

En el estudio dirigido por el profesor Sanín Ortiz Grisales, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, evaluaron variables morfofisiológicas como la tasa de fotosíntesis, que mide la capacidad de la planta para convertir luz solar en energía; el área foliar, que indica el tamaño total de las hojas y su capacidad para captar luz; la tasa de elongación de los estolones, que refleja la velocidad con la que los brotes crecen y se extienden; y el desarrollo de primordios radicales, que señala la formación de las primeras raíces, esencial para determinar su anclaje y absorción de nutrientes.

Por su parte, las variables agrostológicas se centraron en la producción y calidad del forraje, incluyendo el rendimiento de materia seca, que muestra la cantidad total aprovechable o disponible; el contenido de proteína cruda, que indica el valor nutritivo del pasto; la fibra detergente neutra (FDN) y la fibra detergente ácida (FDA), que ayudan a determinar la digestibilidad y el valor energético del forraje.

Con los datos arrojados confirmaron que el pasto Jesuita Gigante se adapta a diferentes estados de luminosidad y tiene con qué compararse con otras especies forrajeras en términos de proteína y rendimiento. El estudio también contó con la participación de la estudiante de Zootecnia Laura Alexandra Arboleda y del profesor Alexander Ramírez de fisiología vegetal quien contribuyó al estudio con la toma de datos.










jueves, 22 de agosto de 2024

Grupos de interés, una opción económica para las Escuelas de Música

 Las escuelas de música con vocación sinfónica que funcionan en Cali son instituciones educativas que ofrecen enseñanza especializada en música clásica y orquestal, y que se pueden fortalecer a través de la conformación de cadenas de valor con grupos de interés (stakeholders), como se evidencia en una investigación realizada por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.

Amanda Ortiz Escobar, magíster en Gestión Cultural, identificó los grupos de interés involucrados en los diferentes eslabones de la cadena de valor de la música, que abarcan desde la formación y creación hasta la circulación, exhibición y el consumo de productos culturales, que constituyen una oportunidad de financiamiento para este tipo de escuelas.

Estos productos, atractivos para los grupos de interés, incluyen tanto servicios educativos como la ejecución de espectáculos musicales generados por las escuelas. “El objetivo principal del proyecto es evaluar la viabilidad de establecer escenarios de articulación que permitan construir lazos institucionales entre las escuelas de música participantes con entidades culturales y académicas del municipio”, expresa Amanda.

Según la investigación, las escuelas de música sinfónica pueden encontrar potencial económico a través de la cooperación público-privada que diversifique las fuentes de financiamiento, lo que contribuiría a sus inversiones en infraestructura y tecnología educativa, al encontrar actores claves que pueden aportar recursos y conformar así una cadena de valor.

En ese sentido, la investigadora identificó a varios grupos de interés importantes en las escuelas de música con vocación sinfónica en Santiago de Cali, que incluyen comunidades locales, juntas administradoras, padres de familia y diversas instituciones como el Ministerio de Cultura, la Universidad del Valle y la Secretaría de Cultura de Cali. Además, entidades privadas como Emcali, el Banco de Bogotá, y la Fundación Promigas también juegan un papel importante al aportar recursos y apoyo. Cada Escuela cuenta con una combinación única de grupos de interés que son fundamentales para su desarrollo y sostenibilidad.

Así mismo, sugirió fomentar la participación comunitaria mediante eventos culturales que promuevan la música sinfónica y establecer alianzas estratégicas con empresas y fundaciones para obtener donaciones y voluntariado, asegurando así la sostenibilidad financiera y el desarrollo continuo de estas instituciones.

Diversificar las fuentes de financiamiento les permite a las Escuelas reducir la dependencia de fondos públicos y asegurar una base financiera sólida, lo cual es posible –según la investigación– a través de la participación comunitaria y la colaboración con empresas y fundaciones para obtener donaciones y voluntariado, promoviendo así un sentido de pertenencia en la comunidad y la mejora continua de la calidad educativa.

En Colombia, diversas iniciativas demuestran la integración de grupos de interés para fortalecer el sector cultural. La Red Nacional de Bibliotecas Públicas, gestionada por el Ministerio de Cultura, une bibliotecas y organizaciones para promover la lectura y el acceso cultural en todo el país. El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá reúne a artistas, patrocinadores y autoridades para ofrecer una plataforma para el teatro internacional.

La Fundación Batuta colabora con el Gobierno y el sector privado para proporcionar educación musical a niños en situación de vulnerabilidad. El Museo del Oro de Bogotá, administrado por el Banco de la República, trabaja con instituciones académicas y con el sector privado para preservar y promover el patrimonio cultural. El Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura apoya proyectos culturales en diversas disciplinas, mientras que el programa Pueblos Patrimonio busca conservar y valorizar el patrimonio en municipios de gran importancia histórica.

Santiago de Cali, una ciudad con vocación sinfónica

La investigadora abordó 6 casos por en el municipio. La Fundación Arboleda, una organización cultural sin ánimo de lucro que se encuentra en la Comuna 1 y representa el 3,2 % del área total de la ciudad. Esta comuna tiene una extensión de 384,2 hectáreas, subdividida en dos barrios y dos urbanizaciones. La Comuna 1 destaca por sus 261 manzanas, constituyendo el 1,9 % de las manzanas de la ciudad.

Las fundaciones Arboleda, institución educativa, y Notas de Paz, organización cultural sin ánimo de lucro, están ubicadas en la Comuna 4 que cubre el 3,7 % del área del municipio con una extensión de 452,5 hectáreas. Se compone de 20 barrios y 2 urbanizaciones que representan respectivamente el 8,1 % y el 2,3 % de dichos espacios. Con 518 manzanas, desempeñan un papel clave en el desarrollo urbano de la ciudad.

La Orquesta Sinfónica de Siloé se encuentra en la Comuna 20 de Santiago de Cali, que está ubicada en la porción occidental de la ciudad. Esta comuna incluye 8 barrios y 2 urbanizaciones y alberga a 47.325 habitantes, lo que representa el 2,74 % de la población de Cali, con una ligera mayoría de mujeres (52 %) sobre los hombres (48 %). La Escuela de Música de Decepaz, y el Tecnocentro Cultural Somos Pacífico, son organizaciones culturales sin ánimo de lucro que incluye 8 barrios y 6 urbanizaciones respectivamente.






martes, 20 de agosto de 2024

Migrar por oportunidades y encontrar comunidad: el caso de las familias negras en Putumayo

 El Consejo Comunitario de Puerto Limón (Putumayo) es el producto de un proceso migratorio de personas negras oriundas de los municipios de Tumaco y Barbacoas (Nariño), quienes salieron de su territorio en busca de oportunidades, y en su camino llegaron a Putumayo, atraídos por el oro y el petróleo. Aunque no consiguieron los recursos económicos que esperaban, decidieron permanecer porque allí conformaron familias y una identidad que hoy, 50 años después, marcó un hito para las comunidades negras del departamento.

Analizar estos procesos migratorios y de configuración territorial de las familias negras provenientes de Tumaco y Barbacoas (Nariño) en la inspección de Puerto Limón del municipio de Mocoa (Putumayo) es la base de la investigación “Del Pacifico venimos”, adelantada por la antropóloga Eny Yohana Cerón Preciado, trabajadora social y magíster en Trabajo Social con énfasis en Familias y Redes Sociales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Gracias a técnicas como entrevistas, micro-etnografías, ejercicios de observación y búsqueda de archivos se identificaron las historias migratorias de familias tumaqueñas y barbacoanas en el Putumayo. En esta investigación se narra cómo la gente negra migró y no necesariamente por desplazamiento o por despojo territorial, sino para buscar mejores condiciones de vida y fundar pueblos a partir de una idea de comunidad negra en territorios con poca población afro como Putumayo.

La migración de estas familias tuvo diferentes causas, entre ellas socioeconómicas, por la oferta laboral en los periodos de bonanza generados por la llegada de multinacionales petroleras, pese a los impactos de la explotación en el territorio, así como las oportunidades de ascenso social que representaban la minería artesanal.

Las 5 familias objeto de la investigación (alrededor de 40 individuos) decidieron viajar a Putumayo en la década de 1950, cuando estaba en pleno auge la explotación de oro y petróleo. Pero según la investigación las expectativas superaron el mito, algunas personas migraron hacia esta inspección, primero solos y después trajeron a sus familias ante las posibilidades laborales que se ofrecían y de poder tener un pedazo de tierra para construir su propia casa.

Sin embargo, cuando llegaron a lo que entonces era una inspección, constataron que la producción del oro no era tan abismal y que en Barbacoas se extraía más oro que en otros lugares. En este municipio de 27.012 habitantes las principales actividades económicas son la agricultura, la ganadería y el comercio, pero la minería es un capítulo aparte, ya que es el mayor explotador de oro del departamento, con un promedio de 19.958 onzas anuales vendidas al Banco de la República en los últimos 5 años, según la Cámara de Comercio de Tumaco.


Cuando la comunidad llegó a Puerto Limón en los años 50 no tenían una forma organizativa más allá de la familiar. Después de tantos recorridos, y a pesar de que las condiciones económicas que esperaban no se cumplieron, estas familias decidieron organizarse porque se dieron cuenta de que era necesario hacer reclamaciones de derechos como pobladores de Puerto Limón y quedarse en el territorio bajo la idea de ser una misma comunidad, a partir de una identidad y origen en común, lo cual les permitió garantizarles educación y salud a sus hijos.

La magíster Cerón señala que “se habla de procesos migratorios para decir que la gente negra no necesariamente migró de un lugar a otro y se quedaron ahí, sino que siguieron andando. Es decir, salieron de Tumaco o Barbacoas, y como sus expectativas no se realizaron continuaron hacia Buga y Cali, bajaron al Cauca y después regresaron al Putumayo, exactamente a la inspección de Puerto Limón, donde finalmente se asentaron. Un proceso migratorio es una constante en la que las personas siempre están rotando”.

En los años 60 comenzaron a organizarse en Juntas de Acción Comunal, y posteriormente, con la creación de Ley 70 se constituyó como Consejo Comunitario en 2001, con el objetivo de ser una organización étnico-territorial (según lo que establecía la norma), que hoy está conformado por más de 170 familias tumaqueñas y barbacoanas asentadas en 5 veredas.

Después de identificar los motivos por los cuales comunidades negras migran para conquistar territorios en donde pueden recrear prácticas tradicionales y así fortalecer su identidad, se evidenció además la importancia que cobran las redes familiares a través de compadrazgo en las trayectorias migratorias desde el Pacífico sur nariñense, que les permitieron a estas comunidades mantenerse en el territorio, generar vínculos entre las familias migrantes y conservar las relaciones con quienes se quedaron en los territorios de origen.






viernes, 9 de agosto de 2024

Diálogo entre conocimiento indígena y académico para promover la educación en la Amazonia

 La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Amazonia lidera varias iniciativas para transformar el acceso a la educación superior en el sur del país, integrando el conocimiento tradicional de comunidades indígenas con la ciencia, adaptándolo a la realidad de la región.

La región de la Amazonia colombiana se ha enfrentado a múltiples retos para que jóvenes puedan acceder a una educación superior de calidad. De hecho, según el nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el país 7 de cada 10 adolescentes asisten a la secundaria, pero en el Amazonas esta tasa se reduce a 5 de cada 10, mientras que en la educación superior en zonas de periféricas como esta 1 de cada 5 jóvenes termina su educación media y pasa a la universidad.

En la Sede Amazonia se celebró el encuentro “Al Habla: saberes en diálogo para un desarrollo curricular con pertinencia territorial”, que busca una transformación en la educación superior y llevarla a un modelo intercultural, con enfoque territorial y proyección en esta región.

Este evento reunió a líderes indígenas de los departamentos de Amazonas y Vaupés, entre ellos Fabio Valencia Vanegas, líder del Consejo Indígena del Territorio del río Pirá-Paraná (Acaipi); Leyda Rodríguez, secretaria de Educación del Territorio Indígena Yaigojé-Apaporis; Gonzalo Macuna, del Consejo Indígena del Territorio Yaigojé – Apaporis, y Sebastián Peña Cortés, de la Asociación de Capitanes y Autoridades Tradicionales Indígenas del río Pirá-Paraná (Acaipi).

También estuvieron el actual director nacional de Programas Curriculares de Pregrado de la UNAL, John Sandinos; la representante de la Fundación GAIA Amazonas, Natalia Hernández, y el fotógrafo documentalista y fotoperiodista Federico Ríos Escobar.

El evento fue liderado por la Dirección Nacional de Programas Curriculares de Pregrado de la UNAL, a través de la exdirectora, Valentina Mejía, y también la Dirección de la Sede Amazonia en cabeza de la profesora Eliana María Jiménez Rojas.

Esta iniciativa se da después de haber participado en un foro educativo en Mitú (Vaupés) que buscó articular el conocimiento de Occidente con el tradicional, cultural y cosmológico de las comunidades indígenas de la Amazonia colombiana, a través del sector educativo.

Del mismo modo, la propuesta para el conversatorio “Al Habla” fue explorar cómo los territorios son escenarios importantes para los procesos de enseñanza-aprendizaje de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que viven en la región, en donde se transmiten saberes tradicionales desde y para las comunidades.

“Esta es la oportunidad de escucharnos unos a otros para entender cómo la geografía en la que se encuentra la Amazonia colombiana y los pueblos indígenas nos ha permitido tener el sistema de conocimientos ancestrales y vivir milenariamente en estos territorios, con su sistema de alimentos propios, para así desarrollar nuestro ciclo de vida”, aseguró el líder Valencia.

A su turno el líder Macuna mencionó que “somos Gobierno y por lo cual hay que hacer un diálogo a través de la interculturalidad y que ese diálogo pueda ser aceptado por parte del resto de las entidades”.

Agregó que su objetivo es dejar un mensaje de reflexión sobre la importancia de aceptar los conocimientos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta que Colombia es un país multicultural. “No estamos pidiendo, no estamos exigiendo, estamos invitando a construir el país”, puntualizó.

Agregó que su objetivo es dejar un mensaje de reflexión sobre la importancia de aceptar los conocimientos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta que Colombia es un país multicultural. “No estamos pidiendo, no estamos exigiendo, estamos invitando a construir el país”, puntualizó.

Con este escenario de diálogo, la UNAL Sede Amazonia está realizando esfuerzos para incluir un programa educativo de gestión territorial para llevar una propuesta pertinente, de calidad y pública para los pueblos indígenas, en esta ocasión para el Pirá-Paraná y el Apaporis, con el objetivo de que los habitantes de estos territorios puedan complementar su aprendizaje con la educación superior.

“Es un reto enorme, pero también es una invitación para todos, para que hagamos de esto una realidad y que no solo se quede en un conversatorio, para que podamos llegar hasta los territorios con una oferta pertinente e intercultural que fortalezca y respete los procesos locales”, aseguró la docente Jiménez.

La UNAL sigue trabajando por promover nuevos modelos de desarrollo en educación superior, entendiéndola como un derecho primordial para todos los ciudadanos colombianos y una herramienta para preservar la diversidad cultural y ecológica que existe en la Amazonia.

















jueves, 8 de agosto de 2024

UNAL y MinTIC abren convocatoria gratuita para formación en habilidades tecnológicas

 La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones abren la convocatoria para 6.000 colombianos que quieran formarse en herramientas digitales y tecnológicas aplicables en diversos sectores de la industria.

La convocatoria forma parte del programa “PotencIA”, que contempla talleres presenciales y virtuales, además de conversatorios que se realizarán entre agosto y noviembre de 2024, con 8 cursos en cada uno de los 32 departamentos del país.

“Habilidades TEC” es una de las tres convocatorias de apropiación y consolidación de los ecosistemas digitales presentadas por la UNAL y el MinTIC. A través de la entrega de herramientas pedagógicas por parte del Laboratorio de Innovación, Creatividad y Nuevas Tecnologías (LAB101) de la UNAL, el programa busca contribuir en el avance de 11 áreas de la industria tecnológica enfocada en sectores como turismo, educación, biotecnología y alimentación, con énfasis en el uso de la tecnología como ruta para el desarrollo económico y social de estas.


John Alexander García, coordinador del LAB101, aseguró que “con esta nueva apuesta académica los ciudadanos tendrán todo lo necesario para incorporar la tecnología en sus emprendimientos y actividades cotidianas. Buscamos una mirada en la que la tecnología puede ser una plataforma para avanzar y solucionar cualquier situación en cualquier sector de la economía”.

Esta estrategia contempla 11 áreas que son: TurismoTEC, CreaTEC, BioTEC, AgroTEC, FinTEC, EnergíaTEC, SaludTEC, GobTEC, ComercioTEC, AlimentaciónTEC y EduTEC, como líneas formativas que buscarán acercar a los ciudadanos a las herramientas tecnológicas para que las empleen en su cotidianidad y así promover el desarrollo colectivo.

“El objetivo es que participen en talleres especializados en áreas de la industria tecnológica para así llevar a Colombia a ser una PotencIA Digital”, destacó el ministro TIC, Mauricio Lizcano. 

Para inscribirse en los talleres de Habilidades TEC, los interesados deben acceder al micrositio sofisticacionpotencia.unal.edu.co y completar el formulario de inscripción según su departamento de residencia. Al terminar cada uno de los espacios de encuentros virtuales, la UNAL emitirá un certificado de constancia de participación y se dará la posibilidad de colaborar en estrategias de formación complementaria.









lunes, 5 de agosto de 2024

Nuevo modelo de experimentación reduciría costos en fabricación de detergentes

 Detrás de la fabricación industrial de detergentes hay un proceso de numerosos experimentos que tienden a ser costosos y poco amigables con el medioambiente. La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales desarrolló una herramienta de simulación por computador que reduciría las pruebas experimentales y bajaría costos.

El creador de la herramienta es Juan Federico Herrera Ruiz en el marco de su Maestría en Ingeniería Química de la UNAL, quien explica que para transformar las materias primas en productos comercializables como detergentes, la industria realiza un 70 % de reacciones químicas entre líquidos, gases y otros elementos en un proceso conocido como “sistemas reactivos heterogéneos con transferencia de masa interfacial”.

“Para entender y predecir esta transferencia de masa se utilizan modelos basados en experimentos que pueden ser costosos. Sin embargo, ahora el avance con tecnología permite emplear modelos computacionales más precisos para mejorar la producción industrial”, puntualiza el investigador.

Dentro de este proceso se utilizan compuestos químicos surfactantes, que son aquellos que permiten mezclar líquidos que en condiciones normales no se combinan, como el agua y el aceite. Los surfactantes aniónicos, con carga negativa, son muy usados en detergentes y jabones por su capacidad para formar espuma y eliminar grasa.

En 2021 el mercado global de surfactantes alcanzó ventas de 43.000 millones de dólares y una demanda de 19 millones de toneladas, de las cuales un tercio correspondió a surfactantes aniónicos.

Para fabricar detergentes industriales se usa especialmente el tridecilbenceno y otros productos químicos industriales por su capacidad para formar surfactantes que ayudan a limpiar y emulsionar en soluciones de agua; su estructura le permite interactuar eficazmente tanto con el agua como con las grasas y aceites, facilitando la eliminación de manchas y suciedad.

Para obtener estos compuestos se emplea un reactor de película descendente que genera un proceso de sulfonación o reacción química para producir ácido tridecilbencensulfónico (TDBS) o surfactante aniónico, el ingrediente esencial en la fabricación de estos productos.

“Este reactor es un tubo largo e inclinado por el que fluye una capa delgada de líquido que inicia el proceso de fabricación a 20 °C, luego, casi a un tercio de la longitud, la temperatura sube hasta casi 60 °C, y al final de la longitud del reactor desciende hasta casi 40 °C”, explica el investigador.

A medida que el líquido se desliza hacia abajo se encuentra con una mezcla de aire y trióxido de azufre que se introduce en el tubo permitiendo que ocurran reacciones químicas para obtener los surfactantes. La inclinación del tubo hace que el líquido fluya lentamente, lo que da tiempo para que, con la mezcla gaseosa, se intercambien sustancias de manera eficiente.

Para optimizar este proceso de la industria, en el estudio el equipo desarrolló una herramienta de simulación por computador que describe el comportamiento del reactor de película descendente. Este método reduciría el número de pruebas de laboratorio previas a la etapa industrial, que pueden costar miles y hasta millones de dólares.

El modelo propuesto predijo la temperatura y la concentración del producto con errores muy pequeños: solo un 0,3 % en temperatura y 2 % en concentración. Aunque tomar los cálculos lleva tiempo, el modelo es mejor que los anteriores porque da resultados más exactos, lo cual ayuda a mejorar el diseño y funcionamiento del reactor.

La metodología de análisis del reactor estudiado se podría extender a otros sistemas similares, ahorrando en experimentos costosos y reduciendo los tiempos de escalado y diseño de procesos industriales. Además, al reducir la necesidad de experimentos físicos, el modelo contribuye indirectamente a proteger el medioambiente, al minimizar el uso de recursos y la generación de residuos.

“En 1970 el mercado global de productos químicos era cercano a los 400.000 millones de dólares, y en 2020 alcanzó los 5,9 billones de dólares. La industria química representa el 6,4 % del PIB en la Unión Europea y el 25 % en Estados Unidos, influyendo en el 96 % de los productos consumidos. Se proyecta que en 2030 las ventas de la industria se duplicarán, y nuevamente lo harán en 2050, por el crecimiento poblacional”, señala el investigador Herrera.

En Colombia existe 4 plantas dedicadas a la sulfonación, de las cuales solo 2 se enfocan en la producción y comercialización de sulfonatos, mientras que las otras 2 utilizan el producto para sus propias necesidades internas. “En 2019 el país manejó un comercio de surfactantes que alcanzó casi los 6 billones de pesos colombianos (3 billones en importaciones y 3 billones en exportaciones)”, añade el investigador.

En 2020 las ventas totales de surfactantes se elevaron a unos 10 billones de pesos, un aumento notable impulsado por la emergencia sanitaria. Colombia exporta principalmente a mercados en el Caribe y América Latina, e importa desde Estados Unidos, China, Francia y Alemania.






miércoles, 31 de julio de 2024

Ciencia en la Amazonia: entre el conocimiento y la explotación

 La primera mujer amazonense en finalizar el Doctorado en Estudios Amazónicos en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Amazonia expuso en su tesis cómo la ciencia ha servido como mecanismo de apropiación de la región Amazónica y las conexiones científicas con el extractivismo.

En UNAL Sede Amazonia, Yohana Panteviz, candidata a Doctora en Estudios Amazónicos, presentó ante profesores, investigadores y estudiantes su trabajo de investigación final titulado “Apropiación de la Amazonia a través de la ciencia”, en el que realizó un análisis exhaustivo sobre las exploraciones científicas en la región.

A partir de la historia de la ciencia, la investigadora analizó cómo las ciencias naturales son una de las estrategias de apropiación de la Amazonia, del mismo rango de las empresas extractivas o las misiones evangelizadoras, aunque menos estudiado y analizado críticamente. La tesis plantea que entre 1930 y 1970 parte de las expediciones científicas en la región permitieron el avance del conocimiento sobre la Amazonia, y al mismo tiempo apoyaron los pulsos de magnetismo global en la región asociados con el desarrollo y la conservación.

Esta investigación, que duró varios años, se basó en documentos que revelan que en aquel periodo las expediciones científicas se centraron más en la explotación de recursos naturales en vez de la conservación, dejando en evidencia que existía un gran interés económico y político en el territorio. En aquel entonces Leticia, la capital del Amazonas, se convirtió en el centro de acopio para el comercio y exportación de fauna silvestre.

Uno de los capítulos centrales de esta tesis doctoral se enfoca en lo que se denominó “las conexiones científicas del extractivismo”, en el que se profundiza en la extracción y exportación de pieles y fauna silvestre viva. Dentro del de la investigación, la investigadora Pantevis relata cómo los comerciantes locales satisficieron la creciente demanda de museos de historia natural, laboratorios de investigación científica (principalmente experimentación animal) y zoológicos.

Expone además que la actividad de exportación comercial era legal, y por lo tanto permitida y sujeta a la obtención de un permiso de exportación, el cual era emitido por la Comisaría del Amazonas, tras el pago de un impuesto exigido según el peso en kilos (pieles) y unidad (animales vivos).

Así mismo, para documentar y cuantificar la información, la investigadora Pantevis realizó una sistematización de los archivos, en los que, según los datos recolectados, entre 1963 y 1969 se reportaron los kilos de las pieles de animales, así: 220.731 de caimán, 66.976 de zaino, 19.900 de capibara, 3.099 de venado, 108 de tigrillo, 91 de nutria, y 76 de tigre.

Mientras tanto, entre 1956 y 1969 se comercializaron: 2.293 unidades de aves y reptiles, 1.415 lagartijas y lagartos, 2.448 micos, 644 loros, 560 sapos y 128 culebras, entre otros animales. La  investigadora afirma que estos datos corresponden a las cifras oficiales encontradas en archivos que cuentan con subregistros. Dichos productos y animales eran comercializados principalmente en el exterior, siendo el mayor importador Estados Unidos, seguido de Alemania y Holanda.

Para llegar al fondo en este proyecto, Pantevis se apoyó en varias instituciones que fueron claves para la investigación, algunas ubicadas en Colombia y otras en el exterior, como por ejemplo el Instituto de Ciencias Naturales de la UNAL (Bogotá, Colombia), el Archivo General de la Nación (Bogotá, Colombia), el Museo de Historia Natural de Nueva York (Estados Unidos) y el Archivo de Chicago Garden (Estados Unidos). Todo esto permitió que la investigación ahondara en las redes de conexiones científicas y en las relaciones globales que se tejieron a través de la diplomacia cultural, principalmente con instituciones de Estados Unidos.

La autora resalta que la ciencia ha omitido el conocimiento local, pues no ha tenido en cuenta a los sabedores ancestrales, quienes por milenios han vivido en la selva amazónica, y por lo tanto cuentan con un conocimiento valioso e importante, pero que ha sido sido ignorado por la ciencia convencional.

“Nosotros omitimos la palabra ‘descubrimiento’ porque los científicos no estaban descubriendo, los pueblos amazónicos ya poseían un conocimiento local sobre las plantas y los animales, solo que ese conocimiento no se enmarca en lo que llamamos científico”, aseguró Yohana Pantevis.

Asímismo, para lograr este proyecto de investigación durante sus años de estudio de doctorado, ella tuvo que enfrentar varios desafíos como la recopilación de toda la información, pues la dispersión de las fuentes documentales se convirtió en un rompecabezas complejo de armar, pero no imposible. Muchos de los documentos físicos los tuvo que buscar en fuentes diversas, por lo que recurrió a diarios de campo, artículos académicos, mapas y especímenes botánicos.

Como la primera mujer amazonense en finalizar el Doctorado en Estudios Amazónicos de la UNAL Sede Amazonia, la doctora Panteviz tiene como objetivo que esta investigación dé frutos y llegue a toda su comunidad a través de un libro que quiere publicar con el apoyo de instituciones gubernamentales: “quiero que el conocimiento llegue a la gente” afirmó. Para ella es de vital importancia que los estudios que se realicen no se queden solo en círculos académicos sino que salgan a la luz, “esta es una apuesta a validar otras formas de conocimiento, a cuestionar también el papel de la ciencia hoy en día”, puntualizó.

La sustentación de la tesis de Yohana Pantevis fue presenciada y evaluada por un distinguido comité, conformado, entre otros, por Brigitte Baptiste, reconocida bióloga colombiana que trabaja en la defensa del medioambiente y rectora de la Universidad EAN, institución de educación superior enfocada en el emprendimiento sostenible; Regina Horta, profesora titular de la Universidad Federal de Minas Gerais en Brasil, con experiencia en historia, especialmente con énfasis en historia ambiental e historia de la ciencia, y Carlos Rodríguez, biólogo y doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Ámsterdam, con amplia experiencia en la conservación de la Amazonia colombiana. Todos ellos aprobaron la tesis doctoral de la estudiante amazonense.










viernes, 26 de julio de 2024

Desarrollan jabón con aceites esenciales que ayuda a combatir las bacterias

 Un jabón antimicrobiano, creado con aceites esenciales de naranja y canela, no solo demostró tener beneficios cosméticos como dejar las manos suaves y un agradable aroma, sino que también ayuda a reducir la presencia de bacterias que con frecuencia causan problemas gastrointestinales y respiratorios como Pseudomonas aeruginosa, Candida albicans, Enterococcus hirae y Staphylococcus aureus, según pruebas de laboratorio.

En masajes, cuidado facial, aromaterapia y otros usos, los aceites esenciales han ganado popularidad por sus variados compuestos beneficiosos, los cuales dependen de la parte de la planta de la que se extraen (flores, frutos, cortezas, etc.).

Aunque existen muchos métodos para obtenerlos, el más común es la destilación por vapor, que consiste en pasar vapor de agua a través de las cáscaras, hojas, flores o frutos, y con ello se liberan las fragancias y propiedades. Los vapores luego se condensan y separan en aceite y agua.

Nathalia Alejandra Moreno López, magíster en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), optó por utilizar aceites esenciales de canela y naranja. Esta decisión fue práctica y asequible, ya que, además de proporcionar un agradable aroma, el aceite de canela se obtiene de la corteza de los árboles de canela (Cinnamomum spp.) y el de naranja de las cáscaras de la fruta, un subproducto casi siempre desechado.

“Queríamos desarrollar un jabón cosmético agradable para las personas, pero también que fuera efectivo contra los microorganismos”, explica la investigadora.

Luego de trabajar en diferentes fórmulas, la magíster llegó a un jabón con una microemulsión translúcida que le da un aspecto muy atractivo y de aroma con notas frescas y aromáticas. Después de un año de pruebas de laboratorio se corroboró que la formulación no solo era visualmente agradable, sino que además permanecía “estable”, es decir que los aceites esenciales no se separaban de los demás compuestos.

“La elección de estos aceites no fue al azar, pues tuvimos como base los resultados de pruebas de laboratorio realizadas por el profesor Germán Eduardo Matiz Melo, de la Facultad de Ciencias de la UNAL, director de la tesis, en las que se evaluó la eficacia de estos componentes contra diversos microorganismos”, comenta la experta.

Para evaluar esta capacidad de eliminar bacterias (antimicrobiana) se realizaron diferentes combinaciones de los aceites esenciales de canela y naranja, que se probaron contra C. albicans (un hongo en forma levadura), y tres bacterias: E. hiraeS. aureus y P. aeruginosa. Allí identificó que el aceite esencial de canela fue más eficaz en detener el crecimiento de los patógenos.

Los mecanismos antibacteriales de estos aceites esenciales son difíciles de descifrar debido a que hay toda una mezcla compleja de compuestos que incluso hacen muy difícil que los microorganismos generen resistencia” asegura la magíster.

“Los compuestos pueden variar según factores como la parte de la planta que se recolecta, la zona donde se cultiva y el método de extracción del aceite”, puntualiza.

Para completar la evaluación del producto, la autora del estudio contó con un panel de evaluación organoléptica con 8 participantes, quienes además de evaluar la formación de espuma característica, el aroma, la textura y la sensación en la piel, probaron el jabón en condiciones cotidianas 3 veces al día durante 5 días.

“Nosotros medimos la cantidad de microorganismos en sus manos antes y después de usar el jabón, y observamos una reducción de entre una y dos unidades logarítmicas en la cantidad de microorganismos presentes en las manos de los participantes”, explica la investigadora.

Aunque advirtió que es difícil dar un porcentaje exacto de eficacia debido a la variabilidad entre personas, asegura que esta reducción es significativa y comparable a la de otros jabones antibacteriales comerciales.

Vale mencionar que los participantes del panel también manifestaron que dejaba las manos suaves después del uso, un efecto atribuido a los aceites esenciales, y el aroma a naranja también fue muy bien recibido.