Además del español y el portugués, en la frontera entre Colombia, Brasil y Perú se habla una amplia variedad de lenguas nativas, pues las comunidades indígenas son predominantes en la zona. Sin embargo, esta pluralidad presenta desafíos educativos en ciudades limítrofes como Tabatinga, ya que, aunque los extranjeros acceden a la educación primaria, secundaria y superior, la dinámica multicultural y multilingüe genera un impacto negativo en los procesos educativos y de aprendizaje en esta región brasileña.
La Escuela Municipal Duque de Caxias alberga no solo a
estudiantes brasileños, sino también a personas provenientes de diferentes
nacionalidades y contextos lingüísticos –como colombianos, peruanos y
venezolanos–, y además a jóvenes y adultos pertenecientes a comunidades
ribereñas de Tabatinga (Brasil) –como Bananal, Sapotal e Feijoal–, Leticia
(Colombia) y la isla de Santa Rosa (Perú).
La Escuela forma parte de la Red de Educación Pública de
Brasil; cuenta con 1.294 alumnos distribuidos en turnos de mañana, tarde y
noche, 67 docentes y 17 personas de servicios generales entre cocineros,
asistentes, limpieza y porteros, entre otros.
De los estudiantes de la jornada nocturna que participaron
en la investigación, 19 están entre 13 y 40 años, 9 de ellos hablan portugués
como segunda lengua (4 son peruanos y 5 de pueblos indígenas). Así mismo, se
trabajó con 21 estudiantes varones, con edades entre 17 y 33 años, 4 son
indígenas 2 peruanos, 1 venezolano.
Sede Amazonia y docente de la Escuela, menciona que “los
estudiantes integran el turno nocturno, la mayoría se encuentran dentro del
grado de distorsión por edad, es decir que han pasado tiempo fuera del aula por
dificultades intelectuales o financieras, han repetido varios años, por lo que
requieren todo el apoyo y estímulo para lograr secundaria completa”.
Barreras lingüísticas y sociales
El público objetivo de la investigación se estructuró a
partir del análisis de los datos recogidos en cuestionarios y entrevistas, lo
que permitió evidenciar que las barreras lingüísticas y las diferencias
culturales afectan a los estudiantes, lo que se evidencia tanto en la deserción
y el bajo rendimiento académico como en las relaciones sociales entre la
comunidad educativa.
“Siempre me vi en ese dilema como profesora, cuando tenía
que buscar estrategias flexibles para ayudar a los estudiantes y que no se
quedaran con notas bajas, motivándolos a que no dejaran de estudiar”,
manifiesta la profesora Vieira.
Así mismo, los docentes que habitan en la zona de frontera,
aunque generalmente pueden llegar a entender el español, no las lenguas
nativas, lo que dificulta el proceso académico con los estudiantes provenientes
de comunidades indígenas de la triple frontera.
“Otra situación que presentaban varios de estudiantes eran
los mensajes xenofóbicos, prejuiciosos por temas económicos y el matoneo (bullying)
por parte de otros estudiantes, lo que hacía que les provocara una inseguridad
al querer aprender portugués, pero los docentes muchas veces no comprendían
esto”, puntualiza.
La investigación también reveló que las condiciones
socioeconómicas de los alumnos influían significativamente en su rendimiento
académico, pues muchos de ellos provenían de familias de bajos recursos, lo que
a menudo los obligaba a trabajar de día, pero que al llegar la noche para
dedicarse a los estudios ya estaban cansados física y mentalmente.
La necesidad de generar prácticas pedagógicas inclusivas
La magíster propone implementar estrategias pedagógicas
inclusivas y adaptativas, no solo para estudiantes extranjeros, sino también
para los indígenas. “A estos estudiantes no se les puede catalogar como
perezosos sabiendo que no están entendiendo al 100 % las clases por el
idioma que se habla, más bien hay que apoyarlos y comprenderlos”.
“En esta tarea los docentes también juegan un papel muy
importante. Algunos solo pensaban en llegar al salón y dictar la clase, sin
demostrar interés por poner en práctica una pedagogía inclusiva. Eso hay que
cambiarlo urgentemente”.
Por eso, anota que es importante generar formación continua
para docentes junto con políticas educativas que reconozcan y valoren la
diversidad cultural, sobre todo en zonas de frontera como la de Colombia,
Brasil y Perú, de tal manera que se puedan disminuir esos retos.
El trabajo de la magíster Vieira recibió una mención
meritoria el pasado 27 de septiembre en la UNAL Sede Amazonia, donde la
investigadora agradeció a sus directoras del proyecto, a la profesora Dany
Mahecha Rubio, directora de la Unidad de Docencia y Formación de la Sede
Amazonia, y a la profesora Lucélida de Fátima Maia da Costa, quienes aportaron
de forma significativa al avance de este proceso investigativo.
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