Después de las respuestas rápidas, los planes de acción y la resiliencia, que forman parte de las estrategias implementadas por los sistemas de salud del mundo para hacerle frente a la crisis, lo que viene ahora es aprender a convivir con la pandemia.
En ese sentido, revela que también se están construyendo
indicadores para responder a la pandemia con mejor coherencia y
complementariedad entre países.
Considera además que un nuevo problema radica en que aunque
el aporte de la epidemiologia ha sido fundamental para el manejo de la
pandemia, si se piensa en cómo convivir con el coronavirus en un escenario
continuo de pandemia, se tiene que empezar a pensar en la cultura.
“Como esta no va de la mano con el confinamiento y el
aislamiento, hasta ahora las decisiones se han centrado en una dicotomía no tan
cierta entre confinamiento o caos; si se sigue ese pensamiento va a ser muy
difícil convivir con la pandemia”, agrega el docente.
Señala además que el primer gran aprendizaje de esta
pandemia es que las respuestas de los sistemas de salud obedecen, por un lado,
a las recomendaciones tanto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como
de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y por otro a las
características previas de los sistemas de salud. Estas últimas se refieren a
financiación, cobertura, organización, adaptaciones y ajustes para responder a
exigencias poblacionales, económicas, sociales, políticas y culturales
concretas, y ahora a la pandemia, de la que se sigue aprendiendo e incorporando
estrategias de manejo.
“Desafortunadamente la experiencia documentada de algunos
países de América Latina es pobre, pues la información disponible actualizada
es escasa”, explica el profesor Agudelo.
Agrega que “en los países desarrollados, que se usan como
modelo y prototipo, existe un monitor de respuestas de los sistemas de salud de
la OMS (https://www.covid19healthsystem.org/mainpage.aspx) que se
concentra en la Unión Europea y que tiene información actualizada cada semana
con criterios de análisis para manejar la información de los países y permite
comparar las repuestas en el marco de la pandemia”.
Este sistema, que incluye variables como infraestructura,
recursos humanos suficientes, financiamiento, gobernanza, manejo de casos,
cuarentenas y atención hospitalaria, sí ha logrado mantener los servicios
esenciales.
Aprendiendo sobre la marcha
Otro punto que explicó el doctor Agudelo durante un debate
organizado por la Facultad de Medicina de la UNAL, es que hasta ahora los
análisis muestran que ningún sistema de salud del mundo estaba preparado para
controlar ni manejar la pandemia, aunque algunos ya habían tenido experiencias
con brotes de enfermedades como influenza, ébola, SARS y MERS, y sería muy
extraño que alguno lo estuviera.
“Los países y los sistemas de salud debieron aprender de la
pandemia sobre la marcha, han debido adaptarse y ajustarse para responder con
un grado de éxito diverso, y se deben sumar los indicadores que son difíciles
de manejar de forma consolidada”, indica el profesor Agudelo.
Sobre ese punto dice que mientras algunos países argumentan
que más casos positivos se relacionan con más pruebas otros no lo hacen, por lo
que no hay un único criterio, como el número de casos positivos o de tasa de
mortalidad, y compararse con otros países o sistemas de salud para saber si se
está mejor o peor es un análisis superficial e inadecuado.
“La mayoría de los estudios apuntan a que la pandemia llegó
cuando el mundo hacía las cosas relativamente bien en cuanto a recursos
laborales, financieros, técnicos, equipos médicos, de protección, test
diagnósticos, unidades de cuidados intensivos, etc., pero estos resultaron
insuficientes y obligaron a crear planes de emergencia” concluye el profesor
Agudelo.
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