miércoles, 17 de marzo de 2021

El mundo debe aprender a convivir con la pandemia

 Después de las respuestas rápidas, los planes de acción y la resiliencia, que forman parte de las estrategias implementadas por los sistemas de salud del mundo para hacerle frente a la crisis, lo que viene ahora es aprender a convivir con la pandemia.

Para el doctor Carlos Agudelo, profesor del Departamento de Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), “diversas entidades ya empiezan a publicar documentos que le apuntan a la resiliencia del sistema de salud’, analogía de un término de la psicología que se refiere al grado de adaptabilidad a las tragedias, a las dificultades y a la capacidad de salir adelante que tienen las personas”.

En ese sentido, revela que también se están construyendo indicadores para responder a la pandemia con mejor coherencia y complementariedad entre países.

Considera además que un nuevo problema radica en que aunque el aporte de la epidemiologia ha sido fundamental para el manejo de la pandemia, si se piensa en cómo convivir con el coronavirus en un escenario continuo de pandemia, se tiene que empezar a pensar en la cultura.

“Como esta no va de la mano con el confinamiento y el aislamiento, hasta ahora las decisiones se han centrado en una dicotomía no tan cierta entre confinamiento o caos; si se sigue ese pensamiento va a ser muy difícil convivir con la pandemia”, agrega el docente.

Señala además que el primer gran aprendizaje de esta pandemia es que las respuestas de los sistemas de salud obedecen, por un lado, a las recomendaciones tanto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y por otro a las características previas de los sistemas de salud. Estas últimas se refieren a financiación, cobertura, organización, adaptaciones y ajustes para responder a exigencias poblacionales, económicas, sociales, políticas y culturales concretas, y ahora a la pandemia, de la que se sigue aprendiendo e incorporando estrategias de manejo.

“Desafortunadamente la experiencia documentada de algunos países de América Latina es pobre, pues la información disponible actualizada es escasa”, explica el profesor Agudelo.

Agrega que “en los países desarrollados, que se usan como modelo y prototipo, existe un monitor de respuestas de los sistemas de salud de la OMS (https://www.covid19healthsystem.org/mainpage.aspx) que se concentra en la Unión Europea y que tiene información actualizada cada semana con criterios de análisis para manejar la información de los países y permite comparar las repuestas en el marco de la pandemia”.

Este sistema, que incluye variables como infraestructura, recursos humanos suficientes, financiamiento, gobernanza, manejo de casos, cuarentenas y atención hospitalaria, sí ha logrado mantener los servicios esenciales.

Aprendiendo sobre la marcha

Otro punto que explicó el doctor Agudelo durante un debate organizado por la Facultad de Medicina de la UNAL, es que hasta ahora los análisis muestran que ningún sistema de salud del mundo estaba preparado para controlar ni manejar la pandemia, aunque algunos ya habían tenido experiencias con brotes de enfermedades como influenza, ébola, SARS y MERS, y sería muy extraño que alguno lo estuviera.

“Los países y los sistemas de salud debieron aprender de la pandemia sobre la marcha, han debido adaptarse y ajustarse para responder con un grado de éxito diverso, y se deben sumar los indicadores que son difíciles de manejar de forma consolidada”, indica el profesor Agudelo.

Sobre ese punto dice que mientras algunos países argumentan que más casos positivos se relacionan con más pruebas otros no lo hacen, por lo que no hay un único criterio, como el número de casos positivos o de tasa de mortalidad, y compararse con otros países o sistemas de salud para saber si se está mejor o peor es un análisis superficial e inadecuado.

“La mayoría de los estudios apuntan a que la pandemia llegó cuando el mundo hacía las cosas relativamente bien en cuanto a recursos laborales, financieros, técnicos, equipos médicos, de protección, test diagnósticos, unidades de cuidados intensivos, etc., pero estos resultaron insuficientes y obligaron a crear planes de emergencia” concluye el profesor Agudelo.


 







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