Un estudio revela que el pasto Jesuita Gigante (Axonopus catarinensis), un forraje originario de Brasil, en condiciones de pleno sol produce hasta 1,5 kg de forraje verde disponible por metro cuadrado y más de 10 % de contenido proteico, superando en 400 gramos más de forraje y entre 3 y 4,16 % más de proteína al tradicional “Estrella” utilizado ampliamente en Colombia, por ejemplo.
El trabajo de investigación desarrollado por el programa de
Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira evaluó su
rendimiento en pleno sol, semisombra y sombra total durante 12 meses, en la
Granja Mario González Aranda de la Sede. Este análisis determinó que el Jesuita
Gigante es una planta C4, es decir que tiene una mayor eficiencia en la
fijación de carbono en condiciones de alta radiación lumínica, características
ideales para ambientes como el del Valle del Cauca, lo que además revela una
posible y exitosa adaptación al trópico bajo.
La estudiante de Zootecnia Anlly Mayuri Hinestroza Orozco,
una de las autoras del estudio, informa que “el análisis mostró que el pasto
cultivado a pleno sol presenta ventajas notables como alcanzar una producción
promedio de 1.5 kg a los 30 días y 2,6 kg a los 45 días, superando el
rendimiento de las plantas cultivadas en semisombra, que produjeron 0,6 kg en
promedio a los 30 días”. Esta diferencia se atribuye a una mayor tasa
fotosintética en el sol, que favoreció un desarrollo más robusto de la pastura.
En la pradera mostró una mejor expansión en el terreno, que
contribuyó a una mayor producción de forraje, lo que reflejó en la carga
animal, es decir, en el número de animales que se pueden tener en pastoreo en
una determinada área.
En cuanto calidad nutricional, presentó un contenido de
proteína de hasta 10,16 % a los 30 días, el cual disminuyó a 7,53 % a
los 45 días. La fibra detergente neutra (FDN), que es un indicador importante
de la digestibilidad del forraje, aumentó al 66,97 % a los 45 días,
sugiriendo que el pasto Jesuita Gigante alcanza su óptimo valor nutricional a
los 30 días de crecimiento. En contraste, el cultivado en semisombra mostró una
menor digestibilidad debido a un mayor contenido de lignina, un compuesto
orgánico que a medida que aumenta, disminuye la capacidad de los animales de
descomponer y aprovechar los nutrientes del forraje.
Una alternativa para la ganadería
El pasto “Estrella” es uno de los más utilizados en el país
para alimentar el ganado bovino, ya que por su rusticidad requiere menos
cuidado; sin embargo, al compararlo con la producción del Jesuita Gigante, este
produce 1,5 kg de forraje verde por m2, mientras que el primero
alcanza aproximadamente 1,1 kg en condiciones regulares. Respecto al
contenido proteico, el “Estrella” tiene entre 6 y 7 % frente a
10,16 % del estudiado, es decir hasta 4,16 % más, resultados que lo
destacan como una opción más eficaz en la alimentación ganadera.
En el estudio dirigido por el profesor Sanín Ortiz Grisales,
de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, evaluaron variables morfofisiológicas
como la tasa de fotosíntesis, que mide la capacidad de la planta para convertir
luz solar en energía; el área foliar, que indica el tamaño total de las hojas y
su capacidad para captar luz; la tasa de elongación de los estolones, que
refleja la velocidad con la que los brotes crecen y se extienden; y el
desarrollo de primordios radicales, que señala la formación de las primeras
raíces, esencial para determinar su anclaje y absorción de nutrientes.
Por su parte, las variables agrostológicas se centraron en
la producción y calidad del forraje, incluyendo el rendimiento de materia seca,
que muestra la cantidad total aprovechable o disponible; el contenido de
proteína cruda, que indica el valor nutritivo del pasto; la fibra detergente
neutra (FDN) y la fibra detergente ácida (FDA), que ayudan a determinar la
digestibilidad y el valor energético del forraje.
Con los datos arrojados confirmaron que el pasto Jesuita
Gigante se adapta a diferentes estados de luminosidad y tiene con qué
compararse con otras especies forrajeras en términos de proteína y rendimiento.
El estudio también contó con la participación de la estudiante de Zootecnia
Laura Alexandra Arboleda y del profesor Alexander Ramírez de fisiología vegetal
quien contribuyó al estudio con la toma de datos.