sábado, 8 de noviembre de 2025

Sonidos que activan el cerebro mejoran la interacción digital de los adultos mayores

 Al escuchar tonos distintos en cada oído para activar áreas del cerebro relacionadas con la atención (pulsos binaurales), adultos entre 50 y 70 años mejoraron su rapidez y concentración al hacer tareas digitales de navegación y búsqueda de información, y sintieron menos cansancio mental. Esta técnica técnica no invasiva, económica y sin efectos secundarios, tiene un gran potencial para entrenar y fortalecer las funciones cognitivas que tienden a deteriorarse con la edad.

En Colombia cerca del 40 % de las personas mayores de 55 años no realiza trámites digitales por cuenta propia, y aunque la mayoría ya dispone de dispositivos y conexión a internet, el verdadero obstáculo no siempre es tecnológico, sino cognitivo. Lentitud al procesar la información, dificultad para mantener la atención o pérdida temporal de la memoria de trabajo se convierten en barreras silenciosas que limitan su participación en un entorno digital que crece sin pausa.

Según un análisis de la Fundación Saldarriaga Concha, basado en la encuesta TIC nacional (ENDUTIH), el 43 % de ese grupo afirma que no usa internet porque no sabe cómo hacerlo. Además, el DANE reporta que en 2021 apenas el 36,4 % de las personas mayores de 65 años tenían acceso a internet.

“El problema no es solo de acceso o conectividad, sino de procesamiento cognitivo. Las interfaces no están pensadas para personas que pueden tener una velocidad de respuesta distinta, o una atención más vulnerable al cansancio”, explica la fonoaudióloga Eliana Alejandra Jiménez Chala, candidata a Magíster en Neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien a partir de la neurociencia quiso explorar una estrategia que ayudara a hacer más fácil y agradable esa interacción.

Su propuesta parte de una técnica conocida como “estimulación con pulsos binaurales”, una ilusión auditiva en la que el cerebro “crea” una tercera frecuencia a partir de dos tonos ligeramente diferentes que se escuchan por separado en cada oído. En este estudio se usaron tonos de 200 y 218 Hz, que el cerebro interpretó como un nuevo pulso de 18 Hz, correspondiente a la frecuencia beta, asociada con estados de concentración, alerta y rendimiento mental.

“Cuando el cerebro detecta esa frecuencia la sincroniza con su actividad eléctrica, lo que se conoce como ‘arrastre neuronal’. Esto puede favorecer procesos atencionales y mantener un estado de alerta durante más tiempo. Se trata de una técnica no invasiva, económica y sin efectos secundarios, con potencial para entrenar y fortalecer las funciones cognitivas que tienden a deteriorarse con la edad”, explica la investigadora.

 Resultados que suenan bien

El estudio se realizó con 16 adultos de entre 50 y 70 años, quienes participaron en 4 sesiones experimentales, en las cuales debían realizar tareas cotidianas en páginas web diseñadas  especialmente para el experimento, con la estética y funciones de sitios reales como un banco, una farmacia, un supermercado y una tienda de mascotas. Estas plataformas fueron creadas por la investigadora para reproducir entornos familiares de la vida diaria y reflejar los principales retos que enfrentan las personas mayores al navegar por sitios con menús extensos, múltiples ventanas y abundante información visual.

En cada sesión se alternaron condiciones con y sin estimulación binaural, y se utilizaron audífonos especiales para garantizar que cada oído recibiera un tono distinto.

Durante las tareas también se registraron los movimientos oculares de los participantes mediante un sistema de seguimiento visual (eye tracking), tecnología que permite medir con precisión hacia dónde miran, cuánto tardan en fijar la atención o qué rutas visuales siguen para completar una tarea. Esta herramienta, ampliamente utilizada en estudios de neurousabilidad, permitió cuantificar la velocidad, la eficiencia y los errores durante la navegación.

Además se aplicaron cuestionarios sobre carga cognitiva percibida, una medida del esfuerzo mental subjetivo. “Queríamos entender no solo lo que se ve en los datos, sino cómo se sienten los usuarios: si una tarea se les hace más ligera, si experimentan menos fatiga o si la atención se mantiene más estable”, explica la estudiante Jiménez.

Bajo la estimulación con pulsos binaurales, los participantes completaron las tareas digitales en menos tiempo y con mayor precisión. El seguimiento ocular mostró una orientación más rápida hacia las áreas de interés y una exploración visual más estable y focalizada, señales de una atención más eficiente. Además, se redujo el número de pasos necesarios para llegar a la información buscada, lo que indica una navegación más fluida y con menos errores.

“El hallazgo más interesante es que la sensación de esfuerzo mental disminuyó. Los participantes reportaron que las tareas les parecían menos complejas y más fluidas. Eso nos muestra que la estimulación no solo mejora el rendimiento, sino también la forma en que las personas se sienten al interactuar con la tecnología, pues lo hicieron con más confianza, menos fatiga y mayor disfrute del proceso”, señala la investigadora.

El estudio también se inscribe en una línea emergente conocida como neurodiseño, que combina conocimientos de neurociencia, psicología y diseño para crear interfaces digitales que se adapten a las capacidades cognitivas de cada usuario.

“Este sistema busca que la tecnología se ajuste al cerebro, y no al revés. Esto puede transformar la manera como pensamos la accesibilidad: no se trata solo de agrandar letras o simplificar botones, sino de entender cómo percibimos, recordamos y procesamos la información”, anota la estudiante Jiménez.

El trabajo aporta evidencia científica sobre cómo la estimulación cerebral auditiva se puede incorporar en estrategias de inclusión digital y bienestar cognitivo, especialmente en sociedades que envejecen aceleradamente.

Según el DANE, en 2050 una de cada 4 personas en Colombia será mayor de 60 años, lo que plantea un desafío urgente en accesibilidad tecnológica y participación social.

“Queremos promover un envejecimiento activo, en el cual la tecnología no excluya, sino que acompañe. Este estudio abre un camino para pensar en herramientas sencillas, seguras y basadas en evidencia que ayuden a mantener la autonomía y la conexión con el mundo digital”, concluye la fonoaudióloga del Centro de Comunicación Humana, cuyo estudio fue dirigido por la profesora Judy Costanza Beltrán Rojas, de la Facultad de Medicina.










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