Ante el quinto pico de contagio por COVID-19 en el país, la Oficina de Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá ha dispuesto medidores de CO2 en espacios cerrados como oficinas, salones y auditorios, con el fin de implementar un piloto de monitoreo de calidad del aire y como una medida preventiva.
Durante el primer semestre 2022 los medidores de CO2 (o
dióxido de carbono) se ubicaron en algunas de las facultades y oficinas
administrativas con mayor aforo, para medir en tiempo real la calidad del aire
y tomar medidas inmediatas.
Es importante recordar que la ventilación de espacios
cerrados es el arma más poderosa para prevenir los contagios de COVID-19, ya
que allí las personas se retiran el tapabocas, hablan o se ríen, y por ende hay
más probabilidad de concentración de aerosoles –pequeñas partículas o gotas en
suspensión, en este caso del virus– y más posibilidades de contagio.
El CO2 es un indicador de la calidad de la
ventilación porque es el gas que se exhala cada vez que respiramos. Cuando este
se acumula, indica que no hay buena renovación del aire, pero si su
concentración es baja quiere decir que la ventilación es óptima.
En el aire ambiente la concentración de dióxido de carbono
es de 400 partes por millón (ppm) y es relativamente constante, por lo que
sirve como referencia.
En espacios cerrados es aceptable que esta medida esté por
debajo de las 1.000 ppm, lo que indicaría que la calidad del aire es
óptima, pero en un escenario de pandemia como el actual, las concentraciones de
CO2 deben estar por debajo de las 700 ppm, lo que indica
que la cantidad de aire exhalado es del 1 %.
Así, la relevancia de ventilar los espacios cerrados tiene
que ver con disminuir el riesgo de contagio mediante la inhalación de aerosoles
que se van acumulando en el ambiente cuando la renovación del aire no es
óptima.
Por eso medir el dióxido de carbono en ambientes cerrados de
la UNAL debe formar parte de las estrategias de mitigación del COVID-19 que
apoyen además los importantes esfuerzos que varias ciudades del país adelantan
para aplanar la curva de la segunda ola o pico de contagios.
Los dispositivos distribuidos por la Oficina de Gestión
Ambiental de la UNAL Sede Bogotá cuentan con baterías de larga duración,
también midentemperatura, humedad relativa y presión atmosférica, y
proporcionan alertas visuales y sonoras en caso de que el nivel de CO2 supere
una concentración de 1.400 ppm, nivel típicamente asociado con quejas de
somnolencia y mala calidad del aire.
Si la concentración de CO₂ supera los niveles permitidos se
recomienda incrementar la ventilación o disminuir el aforo hasta que se sitúe
por debajo de ese indicador.