Los abundantes desperdicios de chontaduro se podrían aprovechar como ingrediente principal de concentrado para cerdos con alto potencial energético, óptima digestibilidad y bajo costo.
Considerando solo frutas y vegetales, los desechos
agroindustriales en Colombia constituyen
Generalmente se tratan como desperdicios y se depositan en ríos, quebradas o suelos para que se degraden, lo que genera un alto grado de contaminación ambiental.
En el caso del chontaduro, por cada tonelada producida se genera media tonelada de residuos, por lo que investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales trabajan en un proceso para utilizar esos desperdicios en el desarrollo de concentrado para cerdos.El proyecto, que forma parte de la línea de investigación
de agroindustrialización de productos alimentarios, consiste en recolectar los
residuos de la cáscara de chontaduro y hacer su caracterización fisicoquímica
con el fin de determinar el contenido de elementos como carbón y nitrógeno, y
su porcentaje de humedad.
Después se buscan las condiciones óptimas para realizar
la densificación mediante una peletizadora, máquina que produce pequeños
cilindros conocidos como pellets, parecidos a los de madera que se
utilizan en construcción.
“El objetivo del proyecto es tratar de resolver dos
problemáticas simultáneamente: por un lado, lograr el aprovechamiento de la
gran cantidad de residuos que se generan cada año para mitigar el problema de
la contaminación, y por el otro producir una fuente energética saludable con
esos desperdicios”, agregó.
Enfatizó además en que los pellets se
elaboran a partir de residuos orgánicos que no tienen ningún uso, como en el
caso del maíz, por ejemplo, que los residuos derivados de su cosecha se pueden
emplear como alimento para el ganado; pero la cáscara de chontaduro no afecta
la seguridad alimentaria. Así mismo, según el Instituto Nacional Agropecuario
(ICA) este cultivo se cataloga como uno de los de mayor producción en el país.
El proyecto se encuentra hoy en fase de laboratorio, en
el que trabajan con una peletizadora que procesa entre 50 y 100 kg de
residuos al día.
Por cada 100 kilos de residuos se obtiene una producción
de 90 kilos de pellets, es decir que el proceso tiene un
rendimiento del 90 %. El poder calorífico de los pellets desarrollados
por la UNAL Sede Manizales puede llegar hasta las 4.600 kilocalorías por kilo.
Por otra parte, los análisis de digestibilidad in vitro indicaron
que las cáscaras tienen una digestibilidad del 70 %.
La exploración y valoración nutritiva de nuevas fuentes
alimenticias para las granjas porcinas se debe a la baja competitividad de esta
cadena, generada por el alto costo de los cereales y fuentes de proteína para
elaborar las dietas.
Según la Asociación Colombiana de Porcicultores, los
costos del rubro alimentación corresponden al 75,63 % de los costos
totales de producción.
“En ese sentido, las explotaciones porcinas pequeñas y poco tecnificadas no pueden acceder a dietas balanceadas importadas y costosas, lo que las lleva a usar subproductos, recursos vegetales o productos para consumo humano como alternativa para sustituir el alimento convencional, reducir los altos costos de alimentación e incrementar la productividad y eficiencia del sistema”.
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